2. TIPOS Y TÉCNICAS DE HACER LA CAMA HOSPITALARIA. PACIENTE ENCAMADO: POSICIÓN ANATÓMICA Y ALINEACIÓN CORPORAL.
Existen diversas posiciones básicas del paciente, considerándose a todas aquellas posturas o posiciones que el paciente puede adoptar en la cama, camilla, mesa de exploraciones o quirúrgicas, etc., que son de interés para el manejo del paciente por el personal sanitario.
Los pacientes pueden adoptar diferentes posiciones y, con ello, se persiguen distintos fines como son:
– Colaborar en la exploración y diagnostico médico.
– Permitir una intervención quirúrgica, según cuál sea el área operatoria, el paciente se encontrará en una posición u otra.
– Ayudar en el tratamiento de una enfermedad.
– Conseguir la comodidad del paciente.
– Evitar complicaciones resultantes de encamamiento, inmovilización prolongada y aparición de las úlceras por presión.
A medida que se van describiendo las posiciones más conocidas en la colocación del paciente, se describirán sus aplicaciones en cirugía.
2.1. POSICIÓN DE DECÚBITO SUPINO O DORSAL
En la posición anatómica, el paciente permanece con las manos a cada lado del cuerpo, brazos extendidos, pulgares de aducción y manos de pronación.
La cabeza se mantiene erecta y los pies dirigidos hacia delante. Las rodillas y los dedos en ligera flexión. El enfermo se encuentra acostado sobre su espalda con las extremidades en extensión, las superiores pegadas al cuerpo y las inferiores juntas.
El paciente en decúbito supino o dorsal descansa sobre su espalda, con la cabeza y los hombros ligeramente elevados, para lo cual bastará una pequeña almohada. La curvatura lumbar se sostendrá mejor con otra almohada.
Si el paciente no tiene apoyo para los muslos estos tienden hacia la rotación externa, dos toallas enrolladas apretadas contra las caras externas de los mismos por debajo del trocánter femoral, conservarán alineados los miembros inferiores. Las rodillas deberán estar en ligera flexión para lograr la máxima comodidad; esto se consigue colocando una almohada debajo de los muslos, inmediatamente por encima del hueco poplíteo.
En el decúbito supino o dorsal los pies tienden a la flexión plantar, esta flexión de ser prolongada puede ocasionar caída del pie (pie péndulo) con contracción involuntaria de gemelos y sóleo.
Es la posición con o sin almohadas más usual, al menos inicialmente hasta que se tenga establecido el diagnóstico. También se utiliza en la exploración del abdomen, piernas y pies así como para la palpación de las mamas en mujeres.
Indicaciones:
– Examen de tórax, abdomen, miembros superiores e inferiores.
– Postoperatorio.
– Estancia en la cama.
– Cambios de posición.
– Palpación de las mamas.
Contraindicaciones:
– Ancianos.
– Enfermos con problemas pulmonares.
– Enfermos de larga duración o crónicos.
Pueden colocarse almohadas en distintas zonas del cuerpo del paciente para favorecer su alineamiento:
– Debajo del cuello y hombros, para evitar la hiperextensión del cuello.
– Debajo de la zona lumbar (un pequeño cojín), para mantener la curvatura anatómica.
– Colocar una toalla enrollada lateralmente bajo las caderas y muslos, evitando la rotación externa del fémur.
– Debajo del tercio inferior del muslo, para elevar el hueco poplíteo.
– Debajo de la parte inferior de las piernas, para elevar los talones.
Para conseguir la relajación de las paredes musculares abdominales, también se usa esta posición de decúbito dorsal.
El paciente se encuentra, al igual que en el caso anterior, acostado sobre su espalda y con los miembros superiores extendidos junto al cuerpo, en esta posición las extremidades inferiores se hallan flexionadas por la rodilla y están ligeramente separadas. Las plantas de los pies están apoyadas sobre la cama.
Posición de decúbito dorsal en cirugía
En quirófano, es la más utilizada. Sus indicaciones principales son: Cirugía abdominal, vascular, en cara, en cuello, así como para abordajes axilares e inguinales, entre otros.
Los principales efectos fisiológicos de la misma en el enfermo son:
– Reducción de la ventilación por compresión abdominal sobre el diafragma, acentuado si se administra anestesia general, por las modificaciones del tono muscular diafragmático y abdominal.
– Riesgo de atelectasia, al poderse cerrar la vía aérea pequeña.
– A nivel circulatorio, sólo se destacarían los efectos de la posición en decúbito supino en enfermos obesos, con ascitis, tumoración abdominal o en embarazadas. En estos casos, se produciría compresión de la vena cava inferior y consecuente disminución del retorno venoso y gasto cardíaco, apareciendo hipotensión. Esto se podría evitar ladeando la mesa unos 10º hacia la izquierda.
– Cuando la cabeza no se almohadilla adecuadamente y el enfermo se hipotensa, hay riesgo de que sufra dolor, tumefacción y alopecia por la presión en la zona occipital.
– Dolor bajo de espalda al perderse la convexidad lumbar fisiológica tras la relajación de los músculos paraespinales (efecto de la anestesia).
– Riesgo de pie equino y úlcera de talón, en intervenciones largas.
Las principales recomendaciones para la posición decúbito supino:
– El cuerpo debe quedar perfectamente alineado, con las piernas paralelas (nunca cruzadas, por riesgo de compresiones).
– El brazo de la venoclisis: debe apoyarse en su soporte correspondiente, pero cuidando que nunca la abducción sea superior a los 90º, por riesgo de lesionar el plexo braquial. El brazo contrario se intentará descansar en otro soporte igual, o en su defecto, sujeto al arco de anestesia perfectamente protegido y vigilando también la abducción.
– Uso de almohadillas bajo la cabeza y la zona lumbar. Si la intervención se prolonga, realizar cambios posturales de la cabeza.
– Protección de talones de la presión sobre la mesa, con una almohadilla. Prevención del equino.
– Vendaje compresivo ascendente, para mejorar el retorno venoso, dependiendo de las características del enfermo e intervención.
– Si existe obesidad, ascitis, tumoración abdominal o embarazo: ladear la mesa unos 10º hacia la izquierda, por ejemplo con una cuña que eliminaría la posible obstrucción, o en todo caso, utilizando el mando automático.
2.2. POSICIÓN DE DECÚBITO PRONO O VENTRAL
En esta posición el paciente descansa sobre su abdomen y pecho, con la cabeza inclinada hacia un lado. Las medidas de sostén para el paciente en esta posición son almohadas o rollos pequeños en el abdomen a nivel del diafragma, para dar compensación a la curvatura lumbar y si se trata de una mujer, para disminuir el peso de su cuerpo sobre las mamas. Una almohada pequeña debajo de cada hombro, ayuda a sostener la alineación anatómica.
Cuando el paciente se encuentra en posición pronoventral, se proporciona presión sobre las rodillas, para disminuirla puede usarse un pequeño cojín bajo los muslos. Si el paciente quiere una almohada para la cabeza y no existe contraindicación, se le puede colocar una muy pequeña, que incluso puede favorecer el drenaje de las vías aéreas, debe cuidarse de todas formas que dicha almohada no tenga en hiperextensión la cabeza del paciente.
Indicaciones
– Exploraciones de espalda (aunque para exploraciones se usan poco) y glúteos.
– Postura de colocación en enfermos comatosos o inconscientes.
– Enfermos anestesiados con anestesia general para prevenir el vómito.
– Cirugía de la columna vertebral.
– Estancia en la cama (cambios posturales).
Pueden colocarse almohadas en distintas zonas del cuerpo del paciente para favorecer su alineamiento:
– Debajo de la cabeza.
– Colocación de un pequeño cojín bajo el diafragma, para evitar la hiperextensión de la curvatura lumbar, la presión excesiva en las mamas y facilitar la respiración.
– Debajo del tercio inferior de las piernas, para disminuir el rozamiento en los dedos de los pies.
Posición de decúbito prono en cirugía
Es la posición quirúrgica más problemática, tanto por su difícil colocación como por los efectos fisiológicos que conlleva, de hecho, algunos la califican como la posición menos fisiológica que existe, sin olvidar el manejo imposible de las vías respiratorias para el anestesista. Las intervenciones principales en esta posición se realizan sobre el recto y columna vertebral.
Los principales efectos fisiológicos de la misma en el enfermo son:
– Dificultad para mover la caja torácica por su propio peso, con el consiguiente riesgo de insuficiencia respiratoria grave.
– Dificultad para mover el diafragma por el contenido abdominal y por el propio peso del tórax.
– Compresión de la vena cava inferior, disminuyendo el gasto cardíaco y aumentando la P.V.C. Este hecho va a provocar un estasis venoso abdominal, pudiendo quedar retenido gran cantidad de anestésico en todo el árbol vascular peritoneal. Se han descrito casos de parada respiratoria en el postoperatorio inmediato, al salir repentinamente dicho anestésico al torrente circulatorio, hecho a tener en cuenta principalmente en ancianos y enfermos de alto riesgo. También por el estasis, el retorno venoso de las extremidades inferiores se dirige por vías que ofrecen menor resistencia, como por ejemplo a través del plexo venoso de la columna vertebral (plexo de Batson), fenómeno que puede causar mayor sangrado durante la cirugía de la médula espinal.
– Congestión a nivel de la cabeza. La rotación de la misma y el cuello puede producir isquemia por oclusión de la carótida o las arterias vertebrales. Una rotación de 80º de la cabeza, puede ocluir por completo la arteria vertebral contralateral, con graves consecuencias si se sospecha enfermedad arterial cerebral o arteritis, ya que al estar los vasos parcialmente ocluidos por aterosclerosis, pueden sufrir isquemia, trombosis o ictus embólico.
Las principales recomendaciones para la posición decúbito prono:
– Es fundamental empezar reseñando que para adoptar esta posición es necesario voltear al enfermo una vez que ha sido anestesiado en posición supina. Para ello, son necesarias al menos 6 personas que deben efectuar esta maniobra de forma coordinada y cooperativa. Es esencial evitar la torsión de los miembros y mantener la cabeza estrictamente alineada con el tronco durante el movimiento. Las manos del paciente deben protegerse del peso del cuerpo que cae sobre ellas.
– Cabeza: En el caso de pacientes con una anatomía vascular intacta, la cabeza se ladea descansándola en una almohada, ya que en estos se produce una compensación al aumentar el flujo cerebral a través de la arteria vertebral opuesta o el polígono de Willis. Sin embargo, si se trata de un enfermo con antecedentes de patología arterial cerebral, tendremos que utilizar el soporte reposacabezas almohadillado en forma de herradura, que soporta la periferia de la cara sin presionar los ojos.
– Tronco: para aliviar la presión sobre el tórax y abdomen pondremos dos rodillos almohadillados debajo del tórax a la altura de las axilas y otros dos a nivel de las palas ilíacas (estos últimos no deben comprimir los vasos femorales). El rodete debería formarse doblando paños no arrugados. Los requisitos de un buen rodete axilar serían:
• Suficientemente grueso y no debe ser compresible, de forma que el tórax quede separado suficientemente y el hombro completamente descargado.
• Suficientemente largo para servir de soporte a la anchura anteroposterior del tórax.
• Suficientemente ancho para repartir la presión sobre varias costillas.
• Colocarse ligeramente caudal a la axila, para evitar la compresión de las estructuras neurovasculares axilares.
– Brazos: se colocan sobre 2 apoya-brazos con máximo cuidado, evitando hiperextensiones y caídas. Protección adecuada de los codos.
– Miembros inferiores: se protegen las rodillas y los pies, evitando el roce de los dedos con la mesa. Se elevará la parte inferior de las piernas, favoreciendo el buen drenaje (siempre y cuando esto no moleste en la intervención).
– Evitar presiones en las mamas de las mujeres y en el aparato genital masculino.
Otras posiciones de prono en cirugía
Se usan varias posiciones similares al decúbito prono tradicional: la postura de Kraske y postura de laminectomia.
Postura de Kraske
Es la posición también conocida como “de navaja” y es una modificación de la prona. Sus efectos fisiológicos son similares a esta última y al Trendelemburg. La mesa se quiebra a nivel de la cadera en un ángulo variable (moderado a severo), dependiendo de las necesidades quirúrgicas. Las indicaciones principales son intervenciones rectales (por ejemplo hemorroides) y coccígeas.
Las principales recomendaciones para esta posición: – Almohadillar la zona de la cadera e ingle.
– Protección de pies, rodillas y piernas.
– Descansar los brazos en sus soportes, flexionando cómodamente los codos.
– Es importante regresar lentamente al paciente a la posición horizontal, debido al estancamiento venoso que se produce, evitando así problemas secundarios.
Postura de Laminectomía
Es otra modificación de la posición prona, teniendo ambas efectos fisiológicos muy similares. Su indicación principal es la laminectomía torácica o lumbar. Se necesita un soporte especial que eleve el tronco y miembros inferiores por encima de la mesa. Por ello es aconsejable anestesiar al enfermo en la cama o camilla en decúbito supino y posteriormente pasarlo a la mesa quirúrgica, volteándolo cuidadosa y coordinadamente entre los miembros del equipo.
2.3. POSICIÓN DE DECÚBITO LATERAL
En esta posición el paciente permanece apoyado sobre un costado, bien derecho o izquierdo, con las extremidades extendidas. Esta posición completa su denominación con decúbito lateral “derecha o izquierda” según el costado que esté apoyado en la cama. El miembro superior correspondiente al lado sobre el que se halla recostado el paciente, está por delante del cuerpo.
Indicaciones:
– Para hacer la cama ocupada con un paciente encamado.
– Para administrar tratamiento por vía rectal (por ejemplo supositorios).
– Administración de inyectables intramusculares.
– Para prevenir las úlceras por decúbito(cambio postural).
– Administración de enemas.
– Higiene y masajes.
Pueden colocarse almohadas o cuñas-tope en distintas zonas del cuerpo del paciente para favorecer su alineamiento:
– Debajo la cabeza, para favorecer el alineamiento.
– Debajo el brazo superior, para elevar el brazo y el hombro.
– Detrás de la espalda, para mantener una buena alineación.
Posición de decúbito lateral en cirugía
Sus indicaciones son: cirugía torácica (toracotomías), renal y ortopédica. Al igual que en las anteriores, el cambio de posición se hará en equipo. De forma ideal y con el fin de prevenir lesiones medulares, una persona debería de supervisar que la rotación de cabeza, hombros, cadera, piernas y pies se produce simultáneamente. Una vez situado y hasta que todos los soportes necesarios no estén perfectamente fijados, no se soltará al paciente. Una vez finalizada la colocación, debe comprobarse la existencia de pulso arterial de las extremidades.
Los principales efectos fisiológicos de la misma en el enfermo son:
– Efectos respiratorios: son importantes. Hay que tener en cuenta que por el peso del tórax, menor capacidad de movimiento de las costillas que apoyan y por la presión de las vísceras abdominales que desplazan al diafragma hacia arriba, disminuye la capacidad vital del pulmón yacente.
Estos cambios no son significativos en un paciente despierto con respiración espontánea, ya que consigue una contracción más eficaz y por lo tanto, un mayor volumen ventilatorio. Sin embargo, en el enfermo anestesiado sometido a ventilación mecánica podría ser más problemático, al tener el yacente una mejor perfusión y el superior una mejor ventilación, con la consecuente desproporción en la relación ventilación/perfusión; tanto es así, que a veces y dependiendo del caso, es necesario el uso de ventilación a presión positiva.
– Presión arterial: los valores dependerán de la ubicación del manguito o de la relación del transductor de presiones con el corazón; no obstante, podemos decir que no importa cuál sea el brazo utilizado para tomar la presión arterial siempre y cuando se tenga en cuenta la diferencia de presión hidrostática, y aún mejor, usando un transductor que incorpore un sistema que permita “hacer el cero” a nivel del corazón.
Las principales recomendaciones para la posición decúbito lateral:
– Soportes específicos protegidos en las zonas lumbar y abdominal.
– Cabeza y cuello colocados de forma neutra, es decir, alineados con el eje del cuerpo, apoyados sobre almohadas.
– La extremidad superior no yacente se coloca bien en el arco de anestesia acolchado o bien se deja caer sujeto a una almohada.
– La extremidad superior yacente debe colocarse en abducción, situando un rodete inmediatamente caudal a la axila, gracias al cual se permite reducir el peso sobre el hombro y la compresión sobre el paquete neurovascular axilar.
– Cuidado con el ojo que queda abajo, ya que se pueden producir lesiones de diferente gravedad, incluyendo la ceguera (complicación muy rara, afortunadamente).
– Miembros inferiores: el superior se extiende y el inferior o yacente se flexiona en la cadera y rodilla, entre ellos se coloca una almohada; también protegemos los pies y tobillos.
– La oreja que apoya la colocamos sobre una superficie blanda.
2.4. POSICIÓN SEMIPRONA, DE SIMS O INGLESA
Esta posición es similar a la posición lateral en la que el paciente está tumbado sobre su lado; pero en la posición de Sims, el peso del paciente se carga sobre la parte anterior del ilion, el húmero y la clavícula, más que sobre la parte lateral del ilion y del omóplato. Por tanto, en la posición de Sims los puntos de presión del cuerpo son diferentes de los puntos de presión de las posiciones lateral, de Fowler, reclinado dorsal y decúbito prono.
La posición de Sims se utiliza frecuentemente con pacientes que están inconscientes, porque facilita el drenaje de la mucosa de la boca. Es una posición cómoda para otras muchas personas incluidas las mujeres en el último trimestre del embarazo.
En la posición de Sims se coloca un brazo detrás del cuerpo y el otro está flexionado por el hombro y el codo. También están flexionadas ambas piernas por delante del paciente. La de arriba está más flexionada en la cadera y en las rodillas que la de debajo. Una almohada apoyada en el abdomen del paciente, dará sostén en esta posición.
Su indicación en principio puede ser en pacientes que no pueden deglutir, pues permite un buen drenaje de las mucosidades y proporciona máxima relajación muscular, pero también puede ser aplicada en múltiples ocasiones.
El enfermo se halla en decúbito lateral izquierdo con el muslo derecho flexionado brazo derecho hacia delante. La cabeza está girada lateralmente.
El peso corporal descansa sobre el tórax.
Indicaciones:
– Posición de seguridad, por lo que es ideal para el transporte de accidentados.
– Exámenes rectales.
– Administración de enemas y medicamentos vía rectal.
– Colocación de sondas rectales.
– En pacientes inconscientes para facilitar la eliminación de secreciones.
– En el Postoperatorio.
– Facilita la relajación muscular.
– Facilita el drenaje de secreciones.
Pueden colocarse almohadas en distintas zonas del cuerpo del paciente para favorecer su alineamiento:
– Debajo la cabeza.
– Debajo el hombro y brazo superior.
– Debajo el muslo y pierna superior.
– El cuerpo se apoya en hombro y cadera.
2.5. POSICIÓN DE FOWLER
Es una de las posiciones más utilizadas en pacientes encamados. El paciente se halla semisentado, formando un ángulo de 45º. Es una posición cómoda para el enfermo, sobre todo si se le facilitan almohadas para la cabeza, espalda, curvatura lumbar, brazos, etc.
En esta posición los principales puntos de apoyo están en los talones, sacro y parte del hueso coxal. La posición de Fowler está indicada en pacientes o con trastornos respiratorios o cardíacos, puesto que con ella se logra la máxima expansión torácica.
Se utiliza para exploraciones de cabeza, ojos, cuello, oídos, nariz, garganta y pecho. Es una posición usada muy frecuentemente en las exploraciones de otorrinolaringología.
Una variedad de la posición de Fowler es la posición de Fowler modificada; básicamente es la misma que la anterior, la diferencia estriba en el arqueamiento de la articulación de la rodilla, y este hueco relleno con una almohada o doblando la cama si es posible.
También se modifica la posición de Fowler, cuando el paciente una vez sentado se inclina y reposa sobre una mesa de cama o varios almohadones.
Esta última modificación se emplea en algunas patologías respiratorias, proporciona fuerza supletoria para exhalar el aire inspirado.
Estando el enfermo en decúbito supino se levanta la cabecera de la cama unos 50 cm y así la espalda apoyada sobre la cama formará un ángulo de 45º con la horizontal.
Las extremidades inferiores estarán flexionadas por la rodilla y, se puede colocar una almohada bajo ellas. Esta posición se puede emplear en algunos enfermos cardíacos que así estarán más cómodos.
Indicaciones:
– Posición muy empleada en las exploraciones de otorrinolaringología.
– Pacientes con problemas respiratorios (asma, EPOC, enfisema, etc.).
– Para relajar los músculos abdominales.
– Pacientes con problemas cardíacos.
– Exploraciones de cabeza, ojos, cuello, oído, nariz, garganta y pecho.
Pueden colocarse almohadas en distintas zonas del cuerpo del paciente para favorecer su alineamiento:
– Detrás del cuello y hombros.
– Detrás de la zona lumbar.
– Debajo los antebrazos y manos, para evitar la tensión en los hombros y sujetar los brazos y manos, si el paciente no los utiliza.
– Debajo y los lados de la parte superior de los muslos.
– Debajo el tercio inferior de los muslos.
– Debajo los tobillos, para elevar los talones.
En caso de posición Fowler alta, la posición de la cabecera de la cama está elevada 90º respecto a los pies. Y la posición semi-Fowler, la elevación es de 30º.
Existe también, la posición Fowler modificada, que consiste en poner al paciente misma forma que en el caso anterior pero modificando la posición de los miembros superiores (las manos), que deben estar colocadas, más elevadas que los codos. Esto se consigue, apoyando las manos sobre una mesa de comer, por ejemplo. Esta indicada en enfermos cardíacos para facilitar la circulación venosa o de retorno.
2.6. POSICIÓN DE TRENDELEMBURG
El enfermo se coloca como en decúbito supino, sobre una cama o mesa inclinada 45º respecto al plano del suelo. La cabeza del paciente está mucha más baja que los pies. Se utiliza esta posición en cualquier situación en que se requiera aumentar el riego sanguíneo del cerebro y en algunas intervenciones quirúrgicas. En esta postura hay que colocar a los pacientes con shock.
Una variedad de esta posición es aquella en que el enfermo está en decúbito supino con el cuerpo inclinado, la cabeza más baja que el tronco y las extremidades inferiores flexionadas por la rodilla, es importante que las caderas estén más altas que el tórax. Se utiliza para aplicar lavados vaginales.
El paciente se encuentra en decúbito supino sobre una cama o mesa inclinada, de modo, que la cabeza está a un nivel inferior que los pies. Una variedad de esta posición es aquélla en que el enfermo está en decúbito supino con el cuerpo inclinado, la cabeza más baja que el tronco y las extremidades inferiores flexionadas por la rodilla, de forma que las piernas cuelguen del extremo superior de la mesa; para ello es necesario bajar una sección ajustable que existe en los pies de la mesa. Un empleo de esta posición es, en aquellas situaciones en que es necesario que fluya sangre al cerebro como ante un síncope.
Indicaciones:
– Mejora de la circulación cerebral sanguínea.
– Lipotimias o síncopes.
– Conmoción o shock.
– Para el drenaje de secreciones bronquiales.
– Evitar las cefaleas después de una punción lumbar.
– Hemorragias.
– Cirugía de los órganos pélvicos.
Posición de Trendelemburg en cirugía
En esta posición el enfermo en decúbito supino se inclina en la mesa, de forma que la cabeza esté más baja que el tronco, suele ser una inclinación de 45º, aunque debido a las posibles complicaciones por la misma (principalmente secundarias a las bandas de sujeción que frenan su desplazamiento), hoy día la inclinación suele limitarse a 10-15º, con lo que se evita el uso de las mismas.
De todas formas, sería recomendable flexionar las rodillas a nivel de la articulación de la mesa para prevenir presión sobre nervios y vasos. Las indicaciones principales son intervenciones en la parte inferior del abdomen o de la pelvis, gracias al desplazamiento cefálico del contenido abdominal.
Los principales efectos fisiológicos de la misma en el enfermo son:
– Descenso de la presión arterial en las extremidades inferiores, que en individuos sanos se compensa por la acción de los barorreceptores (vasodilatación y bradicardia), sin embargo, ancianos y enfermos con aterosclerosis generalizada pueden sufrir trastornos isquémicos severos postoperatorios.
– En pacientes cardiópatas, esta posición incrementa significativamente la P.A.M. (Presión arterial media) y la P.P.C. (presión pulmonar capilar), con mayor demanda de la oxigenación cardíaca. Si la reserva cardíaca previa está muy disminuida, puede desencadenar una cardiopatía congestiva aguda o isquemia miocárdica.
– Elevación de la presión venosa yugular y de la intracraneal, con el consiguiente descenso de la presión de perfusión cerebral.
2.7. POSICIÓN ANTITRENDELEMBURG, TRENDELEMBURG INVERSA, O DE MORESTIN
Es como su nombre indica la posición contraria a la de Trendelenburg, es decir la cabeza del enfermo descansa sobre la parte más elevada y los pies sobre la más baja.
Se logra generalmente colocando unos tacos en las patas de la cabecera de la cama suele ponerse una tabla en los pies de la cama con objeto de que no se deslice el paciente. El enfermo está inclinado en decúbito supino con la cabeza a un nivel superior que los pies.
Indicaciones:
– Exploración radiográfica.
– Facilita la circulación sanguínea a nivel de las extremidades.
– En algunas intervenciones quirúrgicas (bocio).
– En caso de problemas respiratorios.
– En caso de hernia de hiato.
Posición Antitrendelemburg en cirugía
Partiendo del decúbito supino, inclinamos la mesa en el sentido contrario del Trendelemburg, es decir, la cabeza del paciente queda más alta que los pies. Las principales indicaciones son: cirugía del tiroides, vesícula y vías biliares. No obstante, se utiliza realmente en raras ocasiones en su estado puro, así, por ejemplo, para las tiroidectomías basta con situar un rodillo almohadillado bajo los hombros para conseguir la hiperextensión del cuello.
Las principales recomendaciones para la posición decúbito lateral:
– Evitar un accidental deslizamiento del paciente, para lo cual utilizaríamos soportes almohadillados en los pies.
– Se almohadilla la nuca, curvatura lumbar y las rodillas.
– Por último, indicar que a nivel fisiológico no existen grandes diferencias con la posición supina.
2.8. POSICIÓN GENUPECTORAL O MAHOMETANA
En esta posición, el paciente adopta una posición similar a la que adoptan los mahometanos para sus prácticas religiosas, de ahí su segunda nominación, “mahometana”. El paciente se arrodilla apoyado sobre su pecho, poniendo las caderas hacia arriba y apoyando los hombros en la cama, así como la cabeza de forma lateral.
Se emplea esta posición en los exámenes de recto y colon, así como en curaciones específicas de la zona perianal.
Las rodillas estarán ligeramente separadas y los muslos perpendiculares a la cama, la cabeza estará vuelta hacia un lado y, los miembros superiores colocados en la forma que desee el paciente. Esta posición se utiliza para exámenes rectales, fundamentalmente. En esta posición, hay que prestar especial atención al paciente, por resultar una posición bastante humillante para él.
2.9. POSICIÓN DE LITOTOMÍA O GINECOLÓGICA
La paciente se halla acostada boca arriba, con una pequeña almohada debajo de la cabeza. Las piernas colocadas sobre los estribos, los muslos están flexionados en ligera abducción mientras que las rodillas lo están mucho más.
Esta posición es utilizada en ginecología para el examen manual de pelvis, vagina, recto y para la exploración de la embarazada. Se utiliza en las intervenciones quirúrgicas de los aparatos urinario y reproductor, es la posición a adoptar en el parto.
La enferma se encuentra en decúbito supino, con la pelvis borde de la mesa.
Las extremidades inferiores están separadas, con los muslos y piernas flexionadas. Para sostener estas extremidades existen unos soportes o estribos (perneras) en los que se pueden colocar las rodillas o los pies.
Indicaciones:
– Exámenes ginecológicos (vaginal), rectales y vesicales.
– Partos.
– Intervenciones ginecológicas.
– Lavado genital.
– Sondaje vesical en la mujer.
– Examen manual o instrumental de la pelvis.
– Exploración de las embarazadas.
Posición de litotomía en cirugía
Se utiliza en cirugía perianal, rectal, vaginal y urológica. En ella se sitúa al enfermo en decúbito supino con las extremidades inferiores flexionadas y elevadas, para dejar accesibles al periné y el recto.
Los principales efectos fisiológicos de la misma en el enfermo son:
– Las repercusiones cardiopulmonares serían similares a las citadas para la posición supina. Resaltar el hecho de que se pueda producir hipotensión al descender las piernas del paciente al final de la intervención, debido al relleno sanguíneo de las venas, todo ello se agravaría en caso de hemorragia importante intraoperatoria o enfermedad cardiaca previa.
– Compresión nerviosa periférica (lesión del nervio ciático poplíteo externo, es la compresión principal).
Las principales recomendaciones para la posición decúbito lateral:
– Colocar las piernas en las perneras a la vez, para evitar luxaciones de la cadera, el enfermo habrá situado previamente la zona glútea en el extremo distal de la mesa, para prevenir tensión en músculos y ligamentos lumbosacros. Es fundamental el adecuado almohadillado de las perneras. Las piernas se fijan con las bandas de sujeción (las perneras se pondrán a la misma altura y en relación con el tamaño de las piernas del paciente). Una regla: siempre las perneras a las piernas, nunca las piernas a las perneras.
– Fijados los miembros, se retiran los planos de la mesa, descansando el brazo de la venoclisis sobre un soporte y el contrario, bien sobre el arco de anestesia o bien bajo la zona lumbar con la palma de la mano mirando hacia abajo, para prevenir lesiones en la misma.
– Es importante comprobar que la pernera no hace presión sobre el hueco poplíteo ni sobre el nervio ciático poplíteo externo.
– Al terminar la intervención, es importante bajar las dos piernas a la vez y lentamente.