Limpieza de almacenes

A) Limpieza y desinfección de almacenes no refrigerados

Todos los almacenes deben mantenerse en un estado de extrema pulcritud y limpieza, utilizando los métodos más adecuados para evitar levantar polvo o causar alteraciones y contaminaciones.

Los almacenes serán desinfectados, desinsectados y desratizados tantas veces como sea necesario; estas tareas deben ser realizadas por personal capacitado, utilizando procedimientos y productos aprobados conforme al Real Decreto 3349/1983, que regula la fabricación, comercialización y uso de plaguicidas, garantizando que no transmitan propiedades nocivas o anormales a los alimentos.

Los productos utilizados para la desinfección y desinsectación deben aplicarse según las instrucciones autorizadas oficialmente, especialmente cuando se usen en superficies que puedan estar en contacto con alimentos.

Si se emplean dispositivos productores de ozono en las cámaras o locales de almacenamiento, estos deben tener sistemas automáticos de regulación para asegurar que la cantidad de ozono no supere las 0,05 ppm. Estos aparatos no deben funcionar cuando haya personal presente en los almacenes.

B) Limpieza, desinfección, desinsectación y desratización de los almacenes refrigerados

Todos los locales deben mantenerse en un estado de limpieza y pulcritud constante, utilizando métodos adecuados para evitar levantar polvo o causar alteraciones y contaminaciones.

Las cámaras de los almacenes frigoríficos deben desinfectarse siempre que sea posible según el almacenamiento de productos alimenticios y siempre que estén vacías. Es crucial prestar especial atención a la limpieza y desinfección de las superficies irregulares de los elementos de la instalación frigorífica dentro de la cámara.

Los almacenes frigoríficos deben someterse a las desinfecciones, desratizaciones y desinsectaciones necesarias, realizadas por personal capacitado, utilizando procedimientos y productos aprobados por la autoridad competente. Estos productos no deben aplicarse sobre los alimentos ni las superficies en contacto con ellos, y deben usarse según las instrucciones del fabricante para evitar transmitir propiedades nocivas o anormales a los alimentos.

Si se emplean dispositivos productores de ozono en las cámaras o locales de almacenamiento, estos deben tener sistemas automáticos de regulación para asegurar que la cantidad de ozono no supere las 0,05 ppm. Estos aparatos no deben funcionar cuando haya personal trabajando en el local.

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