CONSUMO DE COMBUSTIBLE SEGÚN TIPO DE CONDUCCIÓN Y MANTENIMIENTO.

En primer lugar, es necesario indicar que existen una serie de aspectos que ayudan al conductor a tomar decisiones “económicas”, pero sin olvidar que debe de primar la seguridad y la fluidez sobre la economía, lo cual no está reñido con la conducción eficiente.

El estudio que realizamos se refiere a vehículos dotados de motor de combustión interna, que son los que emiten, debido al quemado de combustibles fósiles, las emisiones contaminantes.

El motor de combustión no es especialmente eficiente en su concepción. El rendimiento de un motor se obtiene del poder calorífico del combustible y de la capacidad que aquel tiene de generar trabajo. Los motores, aun cuando han evolucionado mucho, no son capaces de obtener más de un 25% de rendimiento. Las pérdidas de calor son inevitables. refrigeración para evitar que el metal se deteriore, perdidas de calor por los gases de escape, las pérdidas por rozamiento de las mismas piezas mecánicas que forman tanto el motor, como la transmisión de movimiento hasta las ruedas y de estas al asfalto.

Es imposible construir una máquina de funcionamiento cíclico que produzca trabajo equivalente al calor suministrado. Un motor jamás tendrá un rendimiento del 100%.

Los fabricantes actúan sobre la concepción del vehículo, mejorando las prestaciones y rendimiento de los motores, diseñándolos con una aerodinámica óptima e implementando las mejoras técnicas más avanzadas.

Debido a ello se pone de manifiesto la importancia de los conductores a la hora de manejar eficientemente un vehículo para obtener de su motor el máximo aprovechamiento posible. El conocimiento de las características técnicas del motor y de la caja de cambios es fundamental para llevar a cabo esta tarea.

1. CONSUMOS HOMOLOGADOS EN LOS VEHÍCULOS.

Una de las características de los vehículos es el consumo homologado por el fabricante. Este es la cantidad media de litros de combustible que consume el automóvil al recorrer 100 kilómetros en condiciones normales.

Nos referimos a una serie de instrucciones o procedimientos en base a los cuales los fabricantes de vehículos establecen el consumo medio de ellos. Numerosos estudios han determinado la poca fiabilidad del alguno de ellos, al no recoger situaciones reales de conducción.

Hasta Septiembre de 2017, el protocolo vigente para la homologación de consumos era el llamado ciclo NEDC (New European Driving Cicle – Nuevo ciclo de conducción europeo) el cual ha sido objeto de numerosas críticas, incluso de diferentes escándalos sobre las cifras de consumo ofrecidas por los fabricantes en relación a este método de medición.

Desde Septiembre de 2017 está en vigor el nuevo ciclo denominado WLTP (World Harmonized Light-Duty Vehicles Test Procedure- Procedimiento Mundial Armonizador para Pruebas de Vehículos Ligeros) para turismos y desde 2018 para el resto de vehículos.

Diferencias entre estos dos ciclos:

  • El WLTP se divide en cuatro ciclos de simulación, ritmos bajos, medios, altos y muy altos, correspondientes a circulación urbana, carreteras interurbanas, carreteras de circunvalación y autovías o autopistas. El NEDC utiliza tres tipos de simulación: ciudad, carretera y autopista.
  • Se aumenta el número de kilómetros de la simulación de 11 a 23,25 km, el tiempo de duración 20 a 30 minutos, la velocidad media de 34 a 46,5 km/h y la velocidad máxima de 120 y 131 km/h.
  • El tiempo en parado se modifica y baja del 25 al 13%.
  • También se ha tenido en cuenta la temperatura a la que se inicia la prueba, que en las pruebas WLTP se reduce hasta los 14 grados para reproducir con más realismo el estado del coche cuando se arranca por las mañanas.

No obstante el sistema no es perfecto ya que cuando se aplica se desconectan los sistemas eléctricos no fundamentales, y que al realizarse en un banco de rodillos no se tiene en cuenta el estilo de conducción, entre otras. Los últimos estudios realizados en base a la nueva normativa WLTP y los datos recogidos por la base MILE 21, acreditan qué más del 80% de los coches superan en un 30% el consumo homologado en la ficha técnica, incluso en algunos casos puede llegar a dispararse hasta el 50%.

¿Qué es la base MILE 21? Es una base de datos colaborativa, en la cual los usuarios recogen los datos reales de consumo de sus vehículos y esos son publicados.

Esta base de datos debe su nombre a la frase en inglés “More Information Less Emissions, Empowering Consumers for a Greener 21st Century”, qué traducida al español significa: “Más información, menos emisiones, capacitando a los consumidores para un siglo XXI más ecológico “.

En esta base de datos colaborativa, todos los consumidores pueden escribir los datos de consumo real de combustible de sus vehículos para poder compararla con los consumos homologados por las marcas.

Con este listado se pretende ayudar a otros conductores a elegir de la manera más objetiva el vehículo que desean conducir.

Se trata de un proyecto europeo financiado por la UE en el que España participa mediante la OCU junto a otras universidades y entidades colaboradoras.

2. CONDUCCIÓN DEL VEHÍCULO.

Actualmente, la gestión electrónica del motor y los cambios automáticos operados mediante centralitas, diseñados para un equilibrio entre el consumo y la seguridad vial, hacen que la conducción sea muy eficiente. Un conductor experimentado podrá sacar todo el partido posible a estas mejoras técnicas, incluso con la técnica apropiada mejorar, si cabe, las prestaciones del automóvil a un coste energético menor.

La conducción de un vehículo con cambio automático requiere de la utilización suave y progresiva del pedal del acelerador. Estos sistemas son interactivos y la caja de cambios, dentro de las posibilidades programadas, actúa en función de lo que el conductor le solicita. Si este pisa y suelta el acelerador con brusquedad, el sistema entiende que le pide potencia y selección una marcha y una inyección enérgica, incrementando el consumo. Si se solicita el acelerador de modo suave y progresivo, el sistema entiende una conducción sobria, lo que requiere menor gasto.

El pedal se puede pisar hasta el final de su recorrido normal, pero sin accionar el llamado “Kick Down” (patada hasta el fondo). Este es un sensor que se encuentra al final del recorrido del acelerador, y para llegar a él hay que vencer una pequeña resistencia. Su accionamiento hace que el sistema entre en alerta, suministrando toda la potencia posible, reduciendo a la marcha más corta que le permita el motor para llegar al máximo de revoluciones posible e inyectando una cantidad extra de combustible.

La conducción de automóviles con cambio manual se debe de ajustar a los parámetros establecido en párrafos anteriores, pero asumiendo mayor número de decisiones en las técnicas de conducción que el vehículo no toma por él.

Las mejoras técnicas, como el diseño de los conductos de escape para conseguir la resonancia de los gases a determinadas revoluciones y la gestión electrónica de la inyección y el encendido, entre otros avances, permiten incrementar el rendimiento del motor, entre un 10 y un 15 % con respecto a motores menos evolucionados.

El conductor puede obtener un ahorro del 20 % manteniendo el vehículo en perfectas condiciones mecánicas y practicando una correcta técnica de conducción, ya que es este el que toma decisiones, como mantener un determinado número de revoluciones, acelerar suave y progresivamente, frenar adecuadamente y en su momento justo, anticiparse a las vicisitudes de la circulación y realizando el correcto manteniendo del automóvil.

3. LA RESISTENCIA DEL AIRE.

La resistencia del aire es con diferencia la mayor oposición al avance que tiene un vehículo. La forma del vehículo es determinante para que ofrezca una mayor o menor resistencia al avance. La velocidad es el otro factor que interviene en la ecuación.

Obviamente, el conductor no puede influir en el diseño del vehículo que conduce, pero si puede actuar para reducir en lo posible esta oposición los siguientes aspectos:

  1. Velocidad. Ya que la resistencia aerodinámica es proporcional exponencialmente a la velocidad del móvil. El equilibrio entre velocidad y movilidad es responsabilidad del conductor.
  2. Instalación de elementos accesorios en la carrocería del vehículo. La instalación de alerones, cambio de manillas de puertas por otras más vistosas, cambios en la rejilla del radiador, tapacubos, etc. influyen poderosamente en la aerodinámica del vehículo, por lo que se deberá evitar. Especial caso es la instalación de bacas portaequipajes y la adición de los equipajes. Siempre que sea posible se evitará la instalación de estas y el equipaje se debe de llevar en el interior del vehículo, en la medida de lo razonable.
  3. Siempre que sea posible las ventanillas deben ir cerradas, utilizándose los aireadores interiores para la ventilación del interior.
  4. Adecuar la distribución de la carga. Si evitamos transportar pesos innecesarios, ahorraremos energía necesaria para moverlo. Por otra parte, si la carga está mal distribuida, por ejemplo, colocándose en exceso en la parte trasera, el vehículo elevará la parte anterior, ofreciendo una mayor superficie al aire, incrementándose su resistencia y comprometiendo su estabilidad.

4. TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN EFICIENTE.

La técnica de conducción eficiente pasa por el profundo conocimiento del automóvil por parte de su conductor, el tipo de motor, relación de velocidades de la caja de cambios, etc. para obtener el más optimo rendimiento del combustible. Así desde el conocimiento del vehículo las acciones que el conductor debe realizar para conducir eficientemente serán:

  1. El motor del automóvil debe de calentarse en marcha, circulando a una velocidad moderada y a régimen de revoluciones constante hasta alcanzar su temperatura normal de funcionamiento. Los automóviles de gasolina deberán iniciar la marcha inmediatamente a su arranque. Los motores diésel es recomendable esperar unos segundos hasta que el aceite llegue a todos los accesorios.
  2. Usaremos la primera velocidad solo para iniciar la marcha, cambiando lo antes posible a segunda.
  3. No deben de darse acelerones en vacío en ningún caso y por supuesto especialmente sin engrase suficiente ni haber alcanzado la temperatura de trabajo.
  4. La marcha se iniciará sin acelerar y si fuese necesario superar un desnivel o carga acelerar lo justo para no desperdiciar combustible innecesariamente. En caso de pendiente descendiente dejar que el coche adquiera la suficiente inercia para poder embragar la 2ª y bajar con aquella marcha embragada que permita controlar el vehículo sin consumir combustible. En los automóviles con inyección controlada electrónicamente, el consumo de motor en bajadas con una velocidad embragada es nulo total.
  5. Apagar el motor en paradas prolongadas. Esta calculado que mantener el motor funcionando en paradas que se prolonguen más de 60 segundos está totalmente desaconsejado.
  6. Anticipación y planificación. La previsión es fundamental para conducir eficientemente y con seguridad. Como ejemplo, observando con suficiente anticipación un semáforo podremos no acelerar innecesariamente o frenar bruscamente, incluso evitar el frenar si cuando nos acerquemos al semáforo este cambie a verde y podamos continuar la marcha sin haber utilizado el freno, ahorrando en tiempo, pastillas, embrague y combustible. La planificación previa de las rutas, evitando trayectos inadecuados evita zonas de atascos y retenciones.
    Mantener una distancia de seguridad adecuada, evitar dar frenazos bruscos y accidentes.
  7. Durante la conducción la aceleración se realizará de manera suave y progresiva, dosificando esta para obtener un buen rendimiento del combustible. Podremos reducir las detenciones innecesarias evitando itinerarios congestionados.
  8. La elección de una relación de marchas adecuada a cada situación de la circulación y características del motor nos permite realizar una conducción económica. Como norma general se utilizará la marcha más larga posible, bajando las revoluciones al mínimo que nos permita mantener la velocidad elegida. Asimismo se debe de realizar el menor número de cambios de marcha posible, saltándose alguna marcha si es factible hacerlo. Para esto se debe de conocer las posibilidades del motor, evitando que el motor caiga de vueltas que repercutan en un deficiente funcionamiento de este. Las revoluciones para efectuar el cambio deben estar entre 2000 rpm y 4000 rpm. evitando que tras el cambio bajen a 1100 rpm, se produzcan retemblores y el sistema de inyección deba de inyectar combustible extra para mantener el motor en funcionamiento.
    La técnica del cambio de velocidades diferirá en función del tipo de mayor, por ejemplo:
  • Motor de gasolina. La potencia máxima se alcanza entre 6000 y 10000 rpm y el par motor oscilará entre 3000 y 6000 rpm, en función del tipo y potencia del motor.
    o No obstante: Se recomienda el cambio de marchas para una conducción eficiente en el rango de las 2000 a 2500 rev/min.
  • Motor Diesel. Potencia máxima entre las 4000 – 5000 rpm y el par motor entre 1600-1800 rpm.
    o El régimen recomendado para realizar el cambio dentro de una conducción eficiente se sitúa entre las 1500 y 2000 rev/min.
    En función de estas características, el régimen de revoluciones para cambiar eficientemente será distinto. La técnica más adecuada se alcanza tras un periodo de conocimiento del vehículo y destreza en la conducción. Así podremos determinar si es factible reducir de 6ª a 2ª en un momento dado, manteniendo el máximo y mínimo de revoluciones del motor.
  1. En los descensos utilizaremos el freno motor, utilizando la relación de marchas más adecuada que retenga el vehículo y no utilizar el acelerador. Ahorraremos el uso del sistema de frenos, no castigándolo y si fuese necesario acelerar podríamos realizarlo utilizando la marcha más larga posible para evitar pisar el acelerador.
  2. La conducción en rampas ascendente se realizará utilizando la relación de marcha más larga posible que permita superarla. Si fuese necesario cambiar a una marcha superior deberá de alcanzarse un régimen de revoluciones superior que en llano para evitar que la reducción de velocidad lleve al motor a un bajo régimen perjudicial para el consumo de combustible.
  3. Evitar en lo posible las detenciones innecesarias, previendo las circunstancias del tráfico y la señalización, aprovechar las inercias y mantener el motor sin utilizar el acelerador manteniendo el régimen por encima de ralentí. No olvidemos que el sistema de gestión electrónico reconoce diversos parámetros y en última instancia inyecta la cantidad de combustible necesario para mantener el motor en funcionamiento, pudiendo incrementarse el consumo para mantener el motor al ralentí cuando frenamos con una marcha larga embragada. En este caso es necesario reducir a marchas más cortas.
  4. Suavidad al volante cuando superarnos una curva, previendo su trayectoria, reduciendo la velocidad evitando el frenado brusco en la entrada y la innecesaria aceleración en su salida aprovechando la inercia del vehículo.
  5. Mantener la velocidad permitida al mínimo de revoluciones del motor, de modo constante, evitando cambios de ritmo y aumentos de velocidad. Una conducción tranquila y sosegada, además de económica, es segura y mucho menos estresante. Evitar la conducción rápida y deportiva.
    Comprendemos así que la conducción en carretera es mucho más eficiente que el recorrido urbano ya que a mismo recorrido o número de kilómetros las velocidades en carretera son constantes. Se evitan los continuos cambios de ritmo y detenciones que la circulación urbana impone.

Medidas de ahorro equivocadas o no aconsejables

  • Bajar pendientes en punto muerto o incluso con el motor apagado. Muy peligroso.
  • Apagar luces innecesariamente, ya que aunque el sistema eléctrico aumenta el consumo hasta un 2% no compensa respecto a la seguridad.

5. VENTAJAS DE LA CONDUCCIÓN EFICIENTE PARA EL CONDUCTOR.

La conducción eficiente no solo proporciona ventajas de cara al consumo y al mantenimiento del medio ambiente, también proporcionan evidentes beneficios al conductor que la practica:

  • Mejoran el confort de la conducción, disminuyen ruidos y la tensión de una conducción estresante, ya que evitan los frenazos y las situaciones extremas.
  • Disminuyen el consumo de combustible y costes de mantenimiento del motor, lo que repercute en una mejora de la economía del conductor.
  • Reducción de emisiones contaminantes que mejoran la calidad del aire que respiramos. Esto puede reducir la gravedad de enfermedades respiratorias o directamente evitarla, así como mejorar los problemas del calentamiento global.
  • Incremento en la seguridad vial, ya que la práctica de una conducción eficiente:
    o Proporciona una buena distancia de seguridad que permite anticipar no solo las vicisitudes del tráfico sino tener tiempo de reacción suficiente.
    o Reduciendo las velocidades punta para obtener una media de velocidad constante.
    o Realizando una conducción preventiva que permite anticipar situaciones peligrosas.

6. MANTENIMIENTO Y CONSUMO.

El adecuado mantenimiento del automóvil contribuye eficazmente a la eficiencia de este. Una inadecuada atención a los aspectos mecánicos y eléctricos del vehículo, incrementan el consumo y la emisión de materias contaminantes al medio ambiente.

Especialmente se debe de atender los siguientes aspectos:

  • Puesta a punto del motor, mediante la comprobación de los correctos parámetros de alimentación, encendido y combustión de la mezcla, mediante una diagnosis periódica de estos aspectos.
  • Sustitución de los filtros cuando estén colmatados y comprobación de niveles. Especialmente atención merece el filtro de aire, el cual si está muy sucio impedirá la entrada de aire en las cantidades necesarias, con la consiguiente pérdida de potencia y de rendimiento del motor. No es que se incremente la cantidad de gasolina inyectada, ya que la centralita del control del motor ajustará adecuadamente la proporción de aire y combustible para que la relación estequiométrica sea la adecuada, pero si influirá sobre la potencia del motor, incrementado el consumo para conseguir los mismos resultados.
  • Neumáticos: Los neumáticos presentan una resistencia a la rodadura que afecta al consumo de vehículo, cuanto mayor sea dicha resistencia, mayor será la cantidad de energía necesaria para vencerla y por ende mayor será el consumo de combustible necesario para generar energía.
    La anchura del neumático genera mayor huella sobre el terreno, las deformaciones que este sufre generan calor y aumentan el consumo. Un neumático mas ancho de lo indicado por el fabricante no siempre es garantía de seguridad, ya que sobre superficies mojadas o con hielo el riesgo de deslizamiento es mayor que uno más estrecho.
    Por otra parte el neumático, al ser un elemento elástico, consume más energía cuanto mayor sea su deformación al entrar en contacto con la carretera. Es imprescindible mantener la presión correcta en los neumáticos para evitar la deformación y el aumento de resistencia a la rodadura.
    El conductor influye en la disminución de la resistencia a la rodadura, en tres aspectos fundamentales:
    o Comprobación y mantenimiento de una presión correcta en los neumáticos en cada tipo de condiciones de uso y conducción. Las variaciones en la carga del automóvil influyen en la deformación del neumático y por lo tanto es necesario adecuar la presión a cada circunstancia. La presión se ha de controlar en frio, comprobarlo después de una larga rodadura, dará valores incorrectos.
    o Mantenimiento de una velocidad adecuada. Las altas velocidades influyen en el comportamiento dinámico de la goma aumentando las deformaciones de esta con el consiguiente aumento de temperatura y necesidad de disipación que aumenta la resistencia a la rodadura.
    o Elección de neumáticos con bajas resistencias a la rodadura que atenúan el consumo de combustible.

Mediante la etiqueta europea se realiza una clasificación de los neumáticos en función del consumo de combustible, de su agarre en húmedo y del ruido que genera su rodadura.
El etiquetado europeo vigente, aprobado por el Parlamento Europeo en noviembre de 2012, regula la clasificación de neumáticos con un renovado sistema de etiquetas que tiene por objetivo medir la eficiencia de las cubiertas en base a tres aspectos:

  1. La resistencia de la rodadura al asfalto, con lo cual se mide indirectamente el consumo de combustible y la emisión de CO2; va desde los de Clase A hasta la Clase G, consideradas como las de menor consumo y las de mayor consumo, respectivamente.
  2. La adherencia a superficies y asfaltos mojados, (no se contempla la adherencia en seco, nevado o agarre en curvas en mojado) algo que incide directamente en la seguridad que ofrecen los neumáticos. El etiquetado va desde la clasificación A (un índice de 1,55), neumáticos con menor distancia de frenado, hasta la clase F (índice de 1,09) para los neumáticos con mayor distancia de frenado y, por ende, más inseguros.
  3. El ruido o contaminación acústica del neumático, plasmándose en el etiquetado en tres niveles de ondas negras:
  1. Una onda negra: se trata del volumen idóneo de un neumático y del nivel más bajo de contaminación acústica que existe.
  2. Dos ondas negras: se trata de un nivel de emisión medio
  3. Tres ondas negras: Se aplica a los neumáticos que mayor emiten un mayor nivel de contaminación acústica.

Este nuevo sistema de etiquetado afecta a todos aquellos neumáticos utilizados en turismos, vehículos 4×4 o SUV y Crossover, camiones y camionetas, autobuses y autocares.
Es por ello que al resto de neumáticos no se les aplicará la citada normativa europea.

7. OTRAS MEDIDAS QUE AYUDAN A AHORRAR ENERGÍA.

No llenar el depósito al máximo, ya que puede dar lugar a derrames.
No utilizar gasolina de octanaje distinto al recomendado. Puede producir explosiones falsas o detonaciones y si es de octanaje superior incrementar el valor del combustible sin ventaja energética.
No quitar el termostato regulador de la temperatura en el motor. El motor caliente tiene un mejor rendimiento y cuanto antes se alcance la temperatura optima de funcionamiento mejor, lo que permite un consumo más eficiente de combustible.

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