Partes Básicas de las Plantas: Tallo, Raíz, Hojas y Flor

Las plantas son seres vivos mayormente inmóviles, pluricelulares y fotosintéticos, cuyas paredes celulares están compuestas principalmente de celulosa y contienen cloroplastos responsables de la fotosíntesis. Los vegetales son organismos compuestos por más de una célula con características especiales: tienen una pared celular más rígida que la de los animales o las bacterias, hecha de celulosa, y poseen clorofila en su interior, una sustancia que puede ser de diferentes tipos y que permite a los vegetales realizar la fotosíntesis.

Diferentes tipos de vegetales tienen distintos pigmentos o tipos de clorofila que les permiten aprovechar mejor la luz según el entorno en el que viven. La mayoría de los organismos vegetales son autótrofos, es decir, producen su propia materia orgánica a partir de sustancias inorgánicas gracias a la fotosíntesis. Sin embargo, algunos vegetales han perdido los pigmentos necesarios para realizar la fotosíntesis y se han vuelto heterótrofos, es decir, incapaces de producir su propia materia orgánica a partir de sustancias inorgánicas, por lo que se nutren de sustancias elaboradas por otros seres vivos; estas son las plantas parásitas.

Taxonómicamente, las plantas están agrupadas en el reino Plantae, que incluye tanto las plantas terrestres como las algas relacionadas con ellas. Se han descrito unas 300,000 especies vegetales, que se diferencian entre sí. Para clasificarlas, existen distintos criterios:

  • Por su tamaño: Se pueden distinguir árboles, arbustos y hierbas, aunque hay excepciones, como las plataneras, que son hierbas.
  • Por la presencia o ausencia de flores: Las plantas con flores, que se reproducen por semillas, se llaman fanerógamas (del griego “phanerós”, visible, y “gámos”, unión sexual). Las plantas sin flores, que se reproducen por esporas, se llaman criptógamas (del griego “kryptein”, ocultar).

Todas las plantas tienen un nombre científico que define la especie, el género, la familia, el orden, la clase, la división y, finalmente, el reino, en este caso el reino vegetal. Estos nombres se reconocen por su sufijo: -eae o -eas para la familia, -ales para el orden, -idae para la subclase, etc. Por ejemplo, las encinas pertenecen a la familia de las Fagáceas, orden de las Fagales, subclase Hamamelidae, género Quercus.

El nombre de la especie consta de dos palabras en latín: la primera es el nombre del género y la segunda es el nombre que caracteriza a la especie, siempre en minúscula y ambas en cursiva (por ejemplo, la encina es Quercus ilex). Cuando la planta es producto de una hibridación natural, el nombre del híbrido incluye los dos individuos originales por orden alfabético separados por “x” (por ejemplo, el cruce de Rosa gallica y Rosa arvensis sería R. arvensis x R. gallica).

Si la hibridación es artificial, se les denomina cultivares (una mezcla de cultivo y variedad). En este caso, el nombre no está en latín, sino en mayúsculas, precedido de la abreviatura “cv” o escrito entre comillas simples rectas (por ejemplo, Lilium longiflorum cv. White Snow o Lilium longiflorum ‘White Snow’). Si el nombre lleva una ®, significa que esa planta está protegida por royalties y para su reproducción se necesita el permiso del creador de dicho cultivar.

El Tallo

El tallo puede definirse de manera sencilla como el eje de la planta que sostiene las yemas, hojas, flores y frutos. Puede ser aéreo o subterráneo, verde o incoloro, y puede tener un porte erguido, rastrero o trepador. A diferencia de las raíces, el tallo presenta geotropismo negativo, es decir, crece hacia arriba. Se desarrolla a partir de la yema caulinar en la plántula o de las yemas secundarias en las ramificaciones. Estas ramificaciones pueden producirse de dos maneras: monopódica o simpódica.

Funciones

1. Soporte: El tallo sostiene los diferentes órganos de la planta, como hojas, ramas laterales y flores. Las zonas del tallo donde se insertan las hojas se llaman nudos, mientras que los entrenudos son las áreas sin hojas que separan dos nudos contiguos.

2. Fotosíntesis: La mayoría de los tallos realizan funciones fotosintéticas, lo que les permite intercambiar gases con el medio exterior.

3. Reproducción: El tallo tiene un papel en la reproducción, ya que está relacionado con el desarrollo de las flores.

4. Reserva: En algunos casos, los tallos actúan como órganos de reserva. Esto es especialmente notable en las especies de ambientes áridos, que a menudo tienen tallos engrosados que funcionan como verdaderos reservorios de agua.

Crecimiento del Tallo

El tallo se organiza durante el desarrollo embrionario de la planta y se desarrolla principalmente en el extremo (meristemo apical), similar a la raíz. Sin embargo, en el caso del tallo, también es fundamental un tipo de crecimiento llamado intercalar, que provoca la separación de los entrenudos, de manera que las hojas se distancian cada vez más a lo largo del tallo. En los tallos donde el crecimiento entre los entrenudos es muy limitado, las hojas presentan una disposición en forma de roseta basal.

El crecimiento en longitud de una planta se produce por dos razones: el aumento del número de células producidas por el meristemo apical y, más importante, el alargamiento de estas células.

En el tallo, la zona donde las células se alargan puede abarcar varios centímetros. Este crecimiento está regulado por hormonas vegetales llamadas auxinas, siendo el ácido indolacético la más conocida. Las auxinas parecen intervenir en la producción de enzimas que incrementan la elasticidad de las paredes celulares, permitiendo su estiramiento.

El tallo no crece de manera continua, sino que experimenta periodos de inactividad o dormancia. Existe una sustancia capaz de romper estos periodos de inactividad y promover el alargamiento celular, lo que provoca un crecimiento continuo en el tallo; esta sustancia es el ácido giberélico. En el tallo se pueden distinguir claramente tres partes:

  • Nudos: son los puntos de inserción de las hojas, generalmente abultados.
  • Entrenudos: son las porciones de tallo entre los nudos.
  • Yemas: son abultamientos que, al desarrollarse, originan flores, hojas o ramificaciones del tallo.

Las Yemas

Una yema es un conjunto de hojas dispuestas muy apretadas y juntas. Estas están rodeadas por hojas exteriores más duras que protegen la yema del entorno hasta que se abre y se desarrolla, normalmente en primavera, generando una rama completa. Este pequeño tallo permanece latente, pudiendo activar su crecimiento y originar una rama con hojas (yema foliosa), una rama con flores (yema florífera) o una rama con hojas y flores (yema mixta).

Dependiendo de su ubicación en el tallo, hay varios tipos de yemas:

  • Yema terminal: se encuentra en el extremo del tallo.
  • Yema axilar: se localiza en el punto de inserción entre el tallo y donde nace una hoja.
  • Yema foliar: dará lugar a una rama con hojas.
  • Yema floral (botón floral): dará lugar a una flor.

Estructura Primaria y Secundaria del Tallo

Al igual que en la raíz, la estructura primaria del tallo (con menos de un año de edad) difiere ligeramente de la estructura del tallo más viejo, donde se desarrolla una estructura secundaria. En los tallos primarios, la savia bruta circula por el interior, mientras que la savia elaborada fluye por el exterior y en sentido descendente.

Durante el crecimiento secundario, cada año se forman nuevas capas de haces: líber hacia el exterior y leñosos hacia el interior. Estas nuevas capas de leño son las conocidas vetas de la madera. Aparece otro tejido que reemplaza a la epidermis, llamado tejido suberoso, que proporciona una eficaz protección contra el exterior y está compuesto por muchas capas de células. Lo que comúnmente conocemos como la corteza de un árbol a veces es la porción suberosa y, en otras ocasiones, incluye parte del líber. El mayor desarrollo del tejido suberoso se observa en el alcornoque, del cual se extrae el corcho.

Clases de Tallos

Los tallos de las plantas se pueden clasificar de diversas maneras según diferentes criterios:

a) Por su ubicación, se dividen en:

  • Aéreos: se desarrollan sobre la superficie del suelo. Dentro de los tallos aéreos, existen varios tipos especiales:
    • Tronco: es el tallo aéreo que se ramifica. Las ramas principales se originan directamente del tronco, y a su vez, estas ramas principales pueden tener ramificaciones secundarias, y así sucesivamente.
    • Caña: es un tallo cilíndrico con nudos muy marcados. Algunas cañas son huecas, como en el caso del trigo, mientras que otras son macizas, como el maíz.
    • Escapo: es un tallo cuya función principal es sostener las flores y, posteriormente, los frutos. Una vez que cumple su función, el escapo se seca y cae. Por ejemplo, en la pita o ágave.
    • Estolón: es un tallo rastrero que crece horizontalmente sobre el suelo. Al entrar en contacto con la tierra húmeda, produce raíces adventicias y desarrolla nuevas plantas. Un ejemplo son las fresas.
    • Cálamos: son tallos aéreos cilíndricos que no tienen nudos, como los tallos de los juncos.
    • Estipe: es un tallo aéreo no ramificado con aspecto leñoso debido a los restos que dejan las hojas, como en el caso de la palmera datilera.
    • Tallos rastreros: son aquellos que, a pesar de elevarse por encima del suelo, no tienen la consistencia necesaria para mantenerse erguidos. Por lo tanto, permanecen cerca del suelo. Los estolones son un tipo de tallo rastrero que producen raíces para desarrollar nuevas plantas, como en el caso de las fresas.
    • Voluble: son tallos que, al igual que los rastreros, no tienen suficiente fuerza para mantenerse erguidos. Sin embargo, necesitan alcanzar zonas más altas para obtener más luz, por lo que se enrollan alrededor de otros tallos o estructuras para subir en espiral.
  • Tallos Trepadores: Similar a los tallos volubles, los trepadores necesitan alcanzar áreas más elevadas pero no pueden mantenerse erguidos por sí mismos. En lugar de enrollarse alrededor de otro tallo, como hacen los volubles, los tallos trepadores tienen la habilidad de trepar por superficies verticales, como paredes.
  • Subterráneos o Hipógeos: Se desarrollan bajo la superficie del suelo. Dentro de esta categoría, distinguimos:
    • Rizoma: Tallos gruesos que crecen paralelos a la superficie del suelo, justo debajo de ella. Suelen ser comestibles y durante los meses cálidos, desarrollan brotes que se extienden hacia afuera. Ejemplos son el bambú y el jengibre.
    • Tubérculo: Similar a los bulbos, pero en este caso, el almidón se almacena en el propio tallo en lugar de en las hojas. Las yemas de estos tallos producen brotes que emergen hacia la superficie, como en el caso de la patata.
    • Bulbo: Son tallos cortos que almacenan almidón en hojas adheridas al tallo principal, enterrado bajo tierra. Ejemplos comunes son las cebollas.
  • Acuáticos: Algunos tallos pueden desarrollarse en medios acuáticos. Estas plantas, adaptadas para crecer en zonas inundadas, pueden estar completamente sumergidas o flotar en el agua. A pesar de su ubicación, el tallo siempre permanece bajo el agua, como ocurre en el caso de los nenúfares.

b) Por su consistencia:

  • Herbáceos: Son tiernos y flexibles.
  • Leñosos: Son rígidos y duros. Los troncos pueden ser monopódicos, con un eje principal del cual se ramifican, como en el abeto, o simpódicos, donde el tronco se ramifica a cierta altura y ya no se puede distinguir un eje principal, como en el castaño.
  • Semileñosos: Tienen una consistencia intermedia, como el geranio.

c) Por su duración:

  • Anuales: Viven aproximadamente un año.
  • Bienales: Tienen una duración de aproximadamente dos años.
  • Perennes o Vivaces: Viven más de dos años.

d) Según modificaciones estructurales:

  • Zarcillo Caulinar: Tallo delgado que ha perdido la capacidad de formar hojas y flores, utilizado para trepar o arrastrarse por superficies.
  • Espina Caulinar: Una rama modificada y muy lignificada que actúa como defensa contra los depredadores.
  • Estolón: Un tipo de tallo cuya yema apical puede generar raíces adventicias, permitiendo así la formación de una nueva planta.

d) Tallos Fotosintéticos: Estos tallos han asumido las funciones de las hojas. Son comunes en plantas que, por razones adaptativas, han reducido o perdido sus hojas, volviéndolas rudimentarias o modificadas. Dentro de esta categoría, existen:

  • Platíclados: Tallos aplanados y fotosintéticos que se asemejan a las hojas, como los filodos o filóclados. Los filodos son ramas aplanadas con apariencia foliácea, a menudo portadoras de flores, como en el caso del rusco.
  • Cladodios: Tallos planos y suculentos, típicos de muchas especies de cactáceas, como la chumbera. Además de la fotosíntesis, estos tallos también están especializados en el almacenamiento de agua. A diferencia de los filodos, los cladodios tienen un crecimiento indeterminado.

Funciones de la Raíz

1. Absorción de Agua y Nutrientes: La principal función de la raíz es absorber el agua y los elementos disueltos necesarios para la nutrición de la planta, como el nitrógeno, el potasio, los fosfatos y los oligoelementos. Este proceso se lleva a cabo a través de los pelos absorbentes. La estructura y profundidad de las raíces varían según las condiciones del medio ambiente, con plantas en terrenos secos desarrollando raíces más profundas, mientras que las que viven en ambientes húmedos suelen tener raíces poco desarrolladas y superficiales.

2. Anclaje al Suelo: Las raíces actúan como órganos de fijación de la planta al sustrato, desarrollándose para lograr un anclaje efectivo. Algunas raíces son capaces de penetrar en grietas de rocas para anclarse firmemente, como en el caso de la Saxífraga.

3. Órganos de Reserva: Algunas plantas almacenan sustancias de reserva, como almidón, en sus raíces, transformándolas en verdaderos almacenes de nutrientes. Estas raíces engrosadas suelen ser comestibles y forman parte de la dieta humana, como la zanahoria o la remolacha.

4. Soporte en Plantas Trepadoras: Las raíces adventicias en plantas trepadoras actúan como órganos de sujeción, permitiendo que la planta se adhiera a rocas y paredes para su sustento.

5. Intercambio Gaseoso: Algunas raíces, como los neumatóforos de los manglares, participan en el intercambio gaseoso, facilitando la respiración en ambientes pantanosos.

El conjunto de todas las raíces de una planta se conoce como sistema radicular.

Estructura de la Raíz

La morfología de la raíz varía según la clasificación botánica de la especie. En las monocotiledóneas, que tienen un solo cotiledón, las raíces son adventicias, es decir, no hay una raíz principal distinta y se presentan como un conjunto de raíces similares. Por otro lado, las dicotiledóneas y la mayoría de las gimnospermas tienen una raíz principal, también conocida como raíz primaria, y varias raíces laterales (secundarias, terciarias, etc.).

Las raíces jóvenes pueden diferir en apariencia de las raíces adultas, pero el extremo de las raíces maduras tiene esencialmente la misma estructura que una raíz joven.

  • Base: Es la parte donde la raíz se une al tallo, formando un área más ancha llamada cuello.
  • Cofia: Es una estructura protectora en el extremo de la raíz que ayuda a prevenir daños mientras se mueve a través del suelo. Termina en una punta afilada.
  • Región Pilífera: Esta es la región donde se encuentran los pelos absorbentes, responsables de la absorción de agua y nutrientes. Se ubica justo encima de la cofia.
  • Región Desnuda: Es la zona de crecimiento de la raíz situada entre la cofia y la región pilífera.

El crecimiento de la raíz sigue una dirección hacia el centro de la tierra (geotropismo positivo), lo que significa que al plantar una semilla, se debe considerar la dirección de su germinación (geotropismo negativo) y el desarrollo de la raíz.

Estructura Primaria de la Raíz

Una raíz joven, que tiene menos de un año de vida, presenta una estructura interna simple, similar a la descrita anteriormente, y esta configuración es bastante uniforme en todas las plantas vasculares, conocida como estructura primaria.

Al observar una sección transversal de la raíz, se pueden identificar las siguientes zonas que se organizan en capas concéntricas:

  1. La cáscara

Consiste en varias capas de células, siendo las más externas aquellas que se extienden en forma de pelos absorbentes. En el interior, se encuentran células de parénquima, que son tejidos donde ocurren funciones vitales en las plantas.

  1. El núcleo central

Está compuesto principalmente por tejido de parénquima, conocido como médula, rodeado por haces de conductos leñosos (xilema) y liberianos (floema) que se alternan entre sí. Esta disposición es diferente de la encontrada en el tallo, lo que distingue claramente ambas estructuras.

  1. Meristemo apical

Localizado en la punta de la raíz y en la base de la cofia, este tejido es responsable de impulsar el crecimiento longitudinal de la raíz, inducido por ciertas hormonas conocidas como citoquininas.

Estructura Secundaria de la Raíz

Esta configuración se presenta en la mayoría de las raíces que tienen más de un año de edad. La diferencia principal con la estructura primaria es la presencia en la superficie de una capa gruesa de tejido suberoso, lo que conlleva la pérdida de los pelos absorbentes.

Además, se desarrollan nuevas capas de vasos en el cilindro, pero en esta etapa ya no se alternan los vasos leñosos y liberianos, sino que se disponen en capas continuas de cada tipo. Cada primavera, se forma una nueva capa de leño y de líber, lo que resulta en un aumento del grosor de la raíz.

Clases de Raíces

Generalmente, las raíces se desarrollan desde la base del tallo hacia abajo, penetrando en el suelo y ramificándose. Sin embargo, pueden surgir raíces adventicias en otros puntos del tallo o incluso en las hojas, especialmente adaptadas para la sujeción en plantas trepadoras.

Según su entorno y origen, las raíces pueden dividirse en varias categorías:

  • Terrestres: penetran en la tierra.
  • Acuáticas: flotan en el agua.
  • Aéreas: absorben vapor de agua del aire, siendo comunes en plantas epífitas que viven sobre otras.
  • Normales: se originan de la raicilla en la semilla y emergen del extremo inferior del tallo.
  • Adventicias: se forman después de la germinación y pueden surgir en distintos puntos de la planta, inducidas por fitohormonas.
  • Chupadoras o haustorios: presentes en plantas parásitas como el muérdago.
  • Epífitas: raíces aéreas que permiten el crecimiento sobre otras plantas sin ser parasitarias.
  • Neumatóforos: raíces de aireación, comunes en manglares, que absorben aire.
  • Zancos: raíces que surgen de la base del tallo y proporcionan soporte a árboles altos.
  • Columnares: se desarrollan en ramas y crecen verticalmente hasta el suelo, como en el caucho.

Por su forma y función, las raíces se clasifican en:

  • Pivotantes: raíces principales que se desarrollan longitudinalmente y se ramifican.
  • Fasciculadas: raíces secundarias que surgen de la base del tallo y tienen una longitud similar.
  • Tuberosas y napiformes: acumulan sustancias de reserva, como las zanahorias.
  • Rastreras: se extienden superficialmente sin profundizar en el suelo.
  • Herbáceas, leñosas y carnosas: clasificación según su consistencia.

Las hojas

Las hojas, a diferencia de los tallos que pueden crecer indefinidamente, son estructuras laminadas con un crecimiento limitado y una simetría dorsiventral. Se originan en las yemas del tallo durante las etapas embrionarias de la planta. Principalmente, cumplen dos funciones esenciales: la fotosíntesis y el intercambio gaseoso. Además, en ciertas plantas, las hojas pueden almacenar sustancias nutritivas o servir como órganos de sujeción en estructuras como las trepadoras, como es el caso de la hiedra.

Las hojas cumplen diversas funciones vitales para la planta:

  1. Son el principal órgano responsable de la fotosíntesis, un proceso crucial donde la energía luminosa se convierte en energía química. La clorofila presente en las hojas capta la luz solar y la utiliza para producir glucosa y almidón a partir de dióxido de carbono y agua, liberando oxígeno al ambiente. Este proceso es esencial para la producción de alimentos y la liberación de oxígeno en la atmósfera.
  2. Las hojas también pueden absorber agua y sales minerales a través de su superficie, lo que contribuye a la nutrición de la planta. Esta capacidad es especialmente importante en la aplicación de fertilizantes foliares.
  3. Además de estas funciones básicas, las hojas pueden adaptarse a diferentes entornos y situaciones. Por ejemplo, pueden transformarse en escamas para proteger las yemas, en espinas para reducir la pérdida de agua en ambientes secos, o en zarcillos para trepar.
  4. Finalmente, las hojas pueden modificar su estructura y convertirse en partes florales, como los sépalos, pétalos, estambres y carpelos, contribuyendo así al proceso de reproducción de la planta.

Las partes principales de una hoja son las siguientes:

  1. Limbo: Es la parte fundamental de la hoja, donde ocurren los procesos de intercambio gaseoso a través de estructuras llamadas estomas. Contiene haces de tejido suberoso y liberiano conocidos como nervaduras.
  2. Haz: Es la cara superior del limbo, generalmente más pigmentada y visible.
  3. Envés: La cara inferior de la hoja, donde la estructura de nervaduras es más evidente. En plantas adaptadas a climas mediterráneos, esta área suele estar cubierta por pelos blancos que reducen la evaporación, ya que aquí se encuentran los estomas.
  4. Pecíolo: Es la porción de la hoja que la une al tallo de la planta.
  5. Nervaduras: Son las venas que recorren el limbo y transportan agua, nutrientes y productos de la fotosíntesis.
  6. Bordes o márgenes: Son los contornos de la hoja, que pueden ser lisos, dentados, serrados u ondulados.

Tipos de hojas

Tipos de hoja según su forma

Los tipos de hojas se pueden clasificar de diversas formas, considerando diferentes criterios:

  • Según su función:
    • Cotiledones: Son las primeras hojas de la planta, que suelen marchitarse pronto y no realizan fotosíntesis. Almacenan sustancias de reserva.
    • Nomófilos: Son las hojas típicas de las plantas, con limbo y pecíolo, encargadas de la fotosíntesis.
    • Brácteas: Hojas pequeñas, similares a los nomófilos, que también realizan fotosíntesis.
    • Estípulas: Hojas más pequeñas en la base de las hojas normales, que a veces se transforman en espinas.
  • Simples o compuestas:
    • Hojas simples: No están divididas.
    • Hojas compuestas: Formadas por foliolos.
  • Según el margen del limbo: Puede ser entero, dentado, aserrado, lobulado.
  • Según la forma o morfología: Acorazonada, lanceolada, oblonga, sagitada, peltada, espatulada, elíptica, acicular, bilobulada, oval, orbicular, lineal, escuamiforme, romboide, etc.
  • Según tengan o no pecíolo: Pecioladas o sentadas, mixtas, peltadas, envainadoras o empizarradas.
  • Según la división del limbo: Simples (opuestas, alternas, verticiladas, basales, etc.), divididas o compuestas (palmeadas y pinnadas).
  • Según su nervadura: Penninervia, palminervia, cuvinervia y radial.
  • Según la forma del ápice foliar: Asuminadas, apiculadas, mucronadas, truncadas, redondeadas, escotadas y agudas.
  • Según la base del limbo: Cuneadas, truncadas, agudas, atenuadas, auriculadas, cordadas, hastadas, asimétricas u oblicuas, y redondeadas.
  • Según su consistencia: Blandas, rígidas o carnosas.
  • Según su duración: Caducas, perennes o persistentes, y marcescentes.
  • Según el revestimiento de la superficie del limbo: Pubescentes, peludas, hirsutas, híspidas, etc.
  • Según la disposición en el tallo: En roseta, penacho, alternas, opuestas, verticiladas y decusadas.

La flor

La flor es un órgano de la planta que facilita la reproducción, desarrollado a partir de un tallo con entrenudos reducidos y hojas modificadas.

Función reproductiva

En el reino de las plantas superiores, conocidas como fanerógamas, encontramos dos grupos principales: las gimnospermas y las angiospermas.

Gimnospermas

Estas plantas se distinguen porque sus óvulos no están protegidos por ninguna estructura cerrada, siendo llamados “desnudos”. Aunque son menos comunes hoy en día, las coníferas, como los pinos y abetos, son ejemplos bien conocidos.

  1. Cono femenino: Los óvulos se encuentran en la base de hojas transformadas llamadas escamas, que forman una estructura compacta conocida como piña.
  2. Flor masculina: El polen se desarrolla en bolsas en la parte superior de hojas dispuestas similarmente al cono femenino, formando estructuras parecidas a piñas más pequeñas.

La fecundación en las gimnospermas ocurre a través del aire, siendo transportado por el viento hasta los óvulos femeninos. Dado este método de polinización anemófila, se produce una gran cantidad de gametos masculinos, de los cuales la mayoría no alcanza su destino.

Angiospermas

Estas plantas se caracterizan porque sus óvulos están protegidos dentro de una estructura llamada ovario. Este avance biológico ha llevado a las angiospermas a ser las plantas más abundantes y distribuidas en todo el mundo.

Las flores, exclusivas de las plantas fanerógamas, se han desarrollado para facilitar la fecundación, protegiendo los óvulos dentro del ovario y aumentando su accesibilidad para la polinización.

Estructura de la flor

1. Gineceo u ovario: Compuesto por hojas transformadas llamadas carpelos, el ovario se encuentra en un tubo estrecho que incluye el estigma en su extremo, facilitando la recepción del polen.

2. Androceo: Formado por filamentos delgados que sostienen las anteras, las cuales contienen el polen. Las anteras liberan el polen cuando maduran.

3. Periantio:

  • Corola: Formada por pétalos coloridos que atraen a los polinizadores.
  • Cáliz: Compuesto por sépalos, protege las partes florales antes de que la flor se desarrolle completamente, siendo visible como un botón floral o capullo.

Estas partes, aunque vistosas, no tienen una función reproductiva directa, sino que atraen a los polinizadores y protegen los órganos reproductores de la flor.

Tipos de flores

Las flores pueden presentar diferentes características según la presencia o ausencia de sus componentes florales, lo cual determina su tipo y función reproductiva.

  • Flor completa: Posee los cuatro verticilos o partes florales (cáliz, corola, estambres y carpelos).
  • Flor incompleta: Falta uno o más de los cuatro verticilos, dividiéndose en:
    • Flor apétala: Carece de corola.
    • Flor asépala: Falta el cáliz.
    • Flor desnuda: No tiene ningún periantio (cáliz y corola).
    • Flor unisexual femenina: Falta los estambres.
    • Flor unisexual masculina: Falta los carpelos.
    • Flor estéril: Carece tanto de estambres como de carpelos.
    • Flor hermafrodita: Presenta ambos sexos, con estambres y carpelos.

En algunas especies, existen plantas dioicas, donde hay ejemplares con flores exclusivamente masculinas y otros con flores exclusivamente femeninas, como en los tejos y gingkos. Por otro lado, las plantas monoicas tienen flores hermafroditas, con ambos sexos presentes. En especies dioicas, a menudo las diferencias entre plantas de distintos sexos se limitan a las características de las flores, aunque en algunos casos pueden observarse diferencias adicionales, lo que se conoce como dimorfismo sexual.

Semilla y fruto

Cuando el ovario ha sido fecundado, se forma la semilla, el órgano de dispersión de las plantas fanerógamas. La semilla consta de tres partes principales: el embrión, los tejidos de almacenamiento (endospermo o albúmen), y el tegumento o cubierta protectora (episperma). Las semillas están recubiertas por un tegumento endurecido que las protege del ambiente exterior. La humedad debe penetrar esta cubierta para iniciar el desarrollo de la nueva planta. Algunas semillas tienen letargos internos, por lo que pueden tardar mucho en germinar. Para acelerar este proceso, se puede inducir artificialmente un invierno mediante la estratificación en frío.

Dentro de la semilla se encuentra el embrión, que se convertirá en una nueva planta con una radícula, un tallo y hojas que actúan como órganos de reserva alimenticia, llamados cotiledones. Dependiendo del número de cotiledones, las angiospermas (plantas que producen frutos y flores) se dividen en monocotiledóneas y dicotiledóneas. El endospermo es el tejido que acumula reservas nutritivas para el embrión. En angiospermas, este tejido es triploide, formado por la fusión de los núcleos polares del saco embrionario con un gameto masculino. En gimnospermas, el tejido nutritivo es haploide y se llama endospermo primario.

El fruto, generalmente, se forma a partir del desarrollo y maduración del ovario, protegiendo la semilla y facilitando su dispersión. Algunos frutos dispersan las semillas a través del aire, otros tienen garfios o pinchos que se adhieren al pelaje de los animales, y algunos flotan, siendo dispersados por corrientes de agua. En el bosque mediterráneo, muchos frutos se dispersan a través de aves o mamíferos y tienen tegumentos duros que necesitan un tratamiento con ácidos (como el ácido clorhídrico del estómago) para germinar.

Los frutos se componen de dos partes: el pericarpio y la semilla. El pericarpio rodea la semilla y está formado por tres capas: el exocarpio o piel, el mesocarpio o pulpa, y el endocarpio o hueso (semilla). Los tipos de frutos se clasifican en:

  • Frutos simples: Se forman a partir de flores con un solo ovario.
    • Frutos secos:
      • Aquenio: pipas de girasol.
      • Cariópside: granos de cereales.
      • Sámara: semilla del arce (si tiene dos alas se llama disámara).
      • Legumbre: guisante, judías.
      • Silícula: contiene varias semillas.
      • Cápsula: amapola.
    • Frutos carnosos:
      • Drupa: melocotón.
      • Baya: tomate.
      • Pomo: manzana.
  • Frutos compuestos: Se forman de una sola flor con varios carpelos separados que se asientan sobre un receptáculo. Cada carpelo forma un fruto, pero el conjunto es una unidad, como en la fresa, donde los pequeños granitos son los frutos y la parte jugosa es el receptáculo engrosado.
  • Infrutescencias: Proceden de varias flores agrupadas (inflorescencias). Un ejemplo es la piña tropical, cuya parte comestible es el tallo modificado y engrosado que contiene las semillas.
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