3. Ley 12/2010, de 18 de noviembre, de igualdad entre mujeres y hombres de Castilla-La Mancha. TEMA 16. CONDUCTOR -GRUPO IV- JCCM
15 de julio de 20246. Úlceras por presión. TEMA 6 AUXILIAR DE ENFERMERÍA – GRUPO IV – JCCM
15 de julio de 2024Movilización del paciente. Técnicas de deambulación. Técnicas de traslado.
Movilización de Paciente
La movilización se define como la ejecución de un programa de ejercicios destinado a restaurar las funciones que se han visto reducidas debido a una enfermedad.
Existen dos tipos de movilización: activa y pasiva.
- Movilización Activa: Realizada por el propio paciente bajo la supervisión de un profesional. Consiste en la movilización de los segmentos corporales que se desean ejercitar mediante los músculos y articulaciones correspondientes. Puede realizarse con resistencia o contrarresistencia (poleas, manos, etc.).
- Movilización Pasiva: Realizada sobre los distintos segmentos corporales del paciente por personas cualificadas (fisioterapeutas, enfermeros, familiares, etc.). Está destinada a pacientes que, debido a su incapacidad (estado de coma, parálisis, sedación, etc.) o por indicación médica, no pueden realizar el esfuerzo requerido para el ejercicio.
La inmovilidad se define como la disminución o interrupción de la capacidad para realizar las actividades diarias debido al deterioro de las funciones motoras, o como la incapacidad para moverse de forma independiente en su entorno.
Factores que Afectan a la Movilidad
El grado de inmovilidad depende del estado previo de la persona, el tiempo de inmovilización, las causas desencadenantes y la patología crónica subyacente. Es crucial detectar este síndrome tempranamente para prevenirlo o decidir las intervenciones adecuadas para revertirlo.
Los factores desencadenantes de la inmovilidad se dividen en dos grandes grupos: causas físicas y causas psíquicas.
Causas Físicas
Entre las causas físicas se encuentra el envejecimiento fisiológico, que disminuye las facultades físicas y psíquicas y puede llevar a la inactividad del anciano.
Otro grupo de causas físicas relacionadas con enfermedades incluye:
- Enfermedades Musculoesqueléticas: Causan dolor y rigidez (osteoporosis, artrosis, fracturas, etc.) y son una de las principales causas de invalidez.
- Enfermedades Neurológicas: Como la enfermedad de Parkinson, accidentes cerebrovasculares, neuropatías, etc.
- Enfermedades Cardiorrespiratorias: Insuficiencia cardíaca, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, vasculopatías periféricas, cardiopatía isquémica, etc.
- Alteraciones de la Marcha y el Equilibrio: Hipotensión ortostática, caídas, síndrome poscaída, problemas podológicos, etc.
- Pérdidas Sensoriales Auditivas y Visuales: Presbiacusia, tapones de cera, presbicia, cataratas, glaucoma, etc.
- Enfermedades Endocrinometabólicas: Diabetes mellitus, hipotiroidismo, deshidratación, hiponatremia, etc.
- Intervenciones Quirúrgicas.
- Neoplasias en Situación Terminal.
Causas Psíquicas
Entre las causas psíquicas que pueden desencadenar inmovilidad se encuentran patologías importantes como la depresión, las demencias y los estados confusionales. Además de estos grupos principales, otros factores como las recomendaciones erróneas de reposo, el consumo de ciertos fármacos, la hospitalización, las barreras arquitectónicas en el hogar y el exterior, la falta de ayudas técnicas, el apoyo social insuficiente y la soledad y el aislamiento también influyen significativamente.
Repercusiones del Inmovilismo
La inmovilidad tiene múltiples efectos en la movilidad del paciente:
1. Función Respiratoria: Un paciente inmóvil experimenta una disminución en los requerimientos de oxígeno y tiende a respirar de manera más lenta y superficial. La capacidad ventilatoria disminuye, lo que provoca un aumento de los gases residuales. La acumulación de secreciones puede favorecer el crecimiento bacteriano. El intercambio normal de oxígeno y dióxido de carbono se ve afectado, lo que desequilibra el balance ácido-base y puede causar acidosis respiratoria debido a una difusión inadecuada de gases.
2. Función Motriz: Hay una pérdida de tono muscular, lo que puede llevar a la aparición de contracturas y dolor, afectando o lesionando el tejido muscular.
3. Función Cardiovascular: Aparece hipotensión ortostática y aumenta el trabajo cardíaco, además de la posibilidad de formación de trombos.
4. Función Gastrointestinal y Metabólica: Pueden surgir problemas nutricionales, discinesia, disproteinemias, deshidratación o alteración de la temperatura corporal.
5. Función Urinaria: Puede haber una alteración en el vaciado vesical, con riesgo de infecciones y formación de cálculos.
6. Integridad Cutánea: Las úlceras por presión son una problemática común, donde la compresión mantenida y el tiempo de exposición juegan un papel crucial en su aparición. Además, las dermatitis del pañal, asociadas a la incontinencia urinaria y a cuidados deficientes o sensibilidad a productos de los pañales, también afectan la piel.
7. Función Cognitiva: La deprivación sensorial disminuye los estímulos sensoriales (visuales, auditivos, táctiles, etc.), lo que hace al paciente cada vez más dependiente.
Plan de Cuidados
El plan de cuidados debe adaptarse a las características específicas de cada paciente, por lo que es crucial realizar una valoración adecuada para identificar los déficits presentes y establecer objetivos acordes con las necesidades detectadas. Estos objetivos se modificarán en función de las mejoras y cambios que experimente el paciente durante su proceso de recuperación.
Los pacientes tienden a reducir su nivel de actividad y, en ocasiones, muestran un autoabandono. Debemos implementar un plan de cuidados que fomente el aumento de los niveles de actividad.
Algunos elementos a revisar y evitar son:
- Uso de Restricciones Físicas: Estas aumentan el inmovilismo, pueden desencadenar conductas agresivas y prolongan el proceso de recuperación.
- Revisión de Fármacos: Evaluar el uso de medicamentos que puedan incrementar el riesgo de caídas, agresividad o confusión.
- Vía de Administración de Medicamentos: Utilizar métodos que no requieran sujeciones físicas para su mantenimiento, lo mismo se aplica para sondajes y otros dispositivos sanitarios.
- Aumento de la Actividad Durante el Día: Para favorecer el descanso nocturno.
- Evitar Confusión Nocturna: Apagar las luces y evitar ruidos innecesarios.
- Acondicionamiento del Entorno: Prevenir caídas y riesgos de traumatismos.
El modelo para aumentar la actividad debe enfocarse en la movilización de los pacientes mientras están encamados, mediante cambios posturales, ejercicios pasivos y luego activos, aumentando el tiempo según la tolerancia del paciente.
Pasos a seguir:
1. Movilización en la Cama: Realizar cambios posturales y ejercicios, primero pasivos y luego activos, aumentando gradualmente el tiempo.
2. Sedestación: Iniciar con periodos cortos, incrementándolos progresivamente, manteniendo siempre el alineamiento corporal con el uso de almohadas o dispositivos.
3. Bipedestación: Empezar con ayuda y luego solo, primero con ambos pies y luego con uno.
4. Aprendizaje de Transferencias: Practicar transferencias como cama-sillón y silla de ruedas-WC.
5. Deambulación: Comenzar con pasos lentos, tiempos cortos y distancias pequeñas, prolongándolas gradualmente. Usar ayudas técnicas si es necesario para mayor seguridad.
6. Programa de Mantenimiento: Una vez que el paciente ha retomado la marcha, desarrollar un programa para mantener la actividad.
El proceso de recuperación y retorno a la actividad involucra a todo el equipo multidisciplinario. Enfermería juega un papel crucial tanto en la implementación de intervenciones (identificación de individuos en riesgo, desarrollo de un plan de actividad y ejercicio acorde a las necesidades del paciente, y establecimiento de un programa de entrenamiento progresivo junto con el fisioterapeuta) como en la detección de nuevas necesidades, las cuales variarán según avance el programa de entrenamiento y pueden requerir la participación de otros miembros del equipo o el uso de ayudas técnicas específicas.
Movilizaciones de Pacientes Encamados
Principios de Mecánica Corporal para la Correcta Manipulación de Personas Inmovilizadas
La ergonomía se puede definir como el desarrollo aplicado de la fisiología y la psicología del trabajo. En otras palabras, es la ciencia de adaptar el trabajo al ser humano.
Las actividades laborales a menudo requieren posturas que pueden lesionar algunas estructuras orgánicas con el tiempo. Por lo tanto, es necesario corregir y mejorar el diseño del mobiliario y otros materiales para evitar o amortiguar estos efectos.
En general, se trata de posturas forzadas que ponen alguna región o parte del cuerpo en una posición antianatómica, o bien por vibraciones, presión u otros agentes físicos que causan microtraumatismos lentamente. La ergonomía tiene un carácter interdisciplinario, ya que se nutre de diversos campos del conocimiento científico: ciencias biomédicas, ingeniería, psicología, sociología, matemáticas, física, economía, mecánica, etc.
- Anatomía: A través de la antropometría, contribuye al estudio de las medidas del cuerpo humano.
- Fisiología: Estudia los aspectos fisiológicos de los sentidos aplicados a la ergonomía.
- Mecánica: Facilita el estudio de la aplicación de las fuerzas humanas en el trabajo.
- Psicología: Analiza la conducta humana.
- Sociología: Estudia las colectividades humanas.
- Matemáticas: Permiten calcular los valores necesarios.
- Física: Aporta las leyes o principios que rigen determinados fenómenos.
Reglas Básicas de la Dinámica Corporal
El sobreesfuerzo (que causa fatiga) y las lesiones corporales son los accidentes más comunes entre los Técnicos en Cuidados Auxiliares de Enfermería en el entorno hospitalario. Por ello, las reglas básicas que deben seguir los profesionales al realizar cambios posturales y transportar personas son:
- Preparar la Zona: Retirar todos los objetos que puedan dificultar el procedimiento.
- Base de Apoyo Amplia: Mantener los pies separados, uno ligeramente delante del otro. La estabilidad de un objeto es mayor con una base de sustentación ancha y un centro de gravedad bajo (flexionar las piernas).
- Usar el Centro de Gravedad: Sostener los objetos cerca del cuerpo. La fuerza requerida para mantener el equilibrio aumenta a medida que la línea de gravedad se aleja del punto de apoyo.
- Proteger la Espalda:
- No doblarla incorrectamente, intentar mantenerla recta.
- Usar los músculos de las piernas para moverse y levantarse. Así, el levantamiento recae en los músculos más grandes y fuertes (abdominales y glúteos), que no se fatigan tan rápido como los pequeños.
- El ángulo de tracción óptimo para cualquier músculo es de 90 grados.
- Contraer Músculos Abdominales y Glúteos: Estabilizar la pelvis antes de movilizar un objeto. Esto protege los ligamentos y articulaciones contra la tensión y las lesiones. Espirar en el momento de la fuerza.
- Reducir la Fricción: Minimizar el roce entre el objeto en movimiento y la superficie en que se mueve. Esto requiere menos energía.
- Aprovechar la Gravedad: Siempre que sea posible, trabajar a favor de la gravedad, no en contra.
- Buscar Ayuda: Pedir ayuda a otra persona o usar un medio mecánico si la carga parece demasiado pesada o difícil de manejar.
- Correcta Posición del Pie: Colocar el pie en la dirección del giro para no hacerlo con la columna.
- Usar el Contrapeso del Cuerpo: Aprovechar el propio cuerpo para aumentar la fuerza aplicada al movimiento.
- Puntos de Apoyo Externos: Utilizar puntos de apoyo externos siempre que sea posible.
- Empujar o Deslizar en Lugar de Tirar: Es más seguro empujar o deslizar un objeto que intentar levantarlo.
- Altura Adecuada: Trabajar a una altura adecuada para evitar hipertensión lumbar o espalda doblada.
- Conocer la Condición del Paciente: Saber qué enfermedad o lesión tiene el paciente, si se le puede mover y por dónde se le puede coger.
- Explicar al Paciente: Informar al paciente sobre lo que se le va a hacer y buscar su colaboración.
Movilización del Paciente Imposibilitado en la Cama
Una de las funciones esenciales del Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería es mover y acomodar al paciente en la cama para que se sienta cómodo, evitando complicaciones derivadas de la inmovilidad prolongada.
Mediante una rutina de cambios posturales frecuentes y posiciones adecuadas, se pueden prevenir las úlceras por presión al alternar las áreas de presión. Los cambios posturales deben realizarse cada 2-3 horas, ya que 3 horas es el tiempo máximo que una persona puede estar sin moverse sin que se desarrollen estas heridas.
Las movilizaciones frecuentes mejoran el tono muscular, la respiración y la circulación.
Es necesario cambiar al paciente siguiendo posiciones específicas; generalmente, se hacen cambios de decúbito supino a decúbito lateral, ya sea derecho o izquierdo, y ocasionalmente se utiliza la posición de decúbito prono. También se puede emplear la posición de Fowler e, incluso, si no hay contraindicación médica, complementar con la posición de sedestación de forma temporal.
Para movilizar a un paciente encamado, es crucial considerar su estado (algunas patologías pueden contraindicar la movilización) y determinar si el paciente puede colaborar en el cambio de postura.
Antes de iniciar cualquier movimiento, explique al paciente lo que va a hacer y el procedimiento a seguir. Pídale que participe y ayude en la medida de lo posible, salvo contraindicaciones.
Pasos Previos a Toda Movilización:
1. Preparar el material necesario.
2. Asegurar la cama.
3. Lavarse las manos.
4. Evaluar la patología y el estado del paciente. Solicitar información del médico, enfermera, fisioterapeutas, etc., para asegurarse de que no hay contraindicación alguna.
5. Observar cuidadosamente al paciente (sondas, sueros, drenajes, sistemas de inmovilización, etc.). Asegurarse de que los tubos de drenaje estén más bajos que el paciente para facilitar el drenaje por gravedad, que la bolsa de orina esté por debajo de la vejiga para evitar el rebosamiento y que los sueros (gotero) estén colocados en los soportes del cabecero.Si hay alguna incidencia con el gotero o los drenajes, informar al personal sanitario responsable del paciente.
6. Hablar con el paciente; explicarle lo que se va a hacer. Evaluar su estado anímico (valoración mental) y física, identificando las partes del cuerpo que puede mover con facilidad y las que no.
7. Al levantar a un paciente encamado (máximo riesgo de accidente para el Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería), utilizar ayudas mecánicas siempre que sea posible. Si no es posible, adoptar una posición adecuada (mecánica corporal) y pedir ayuda a los compañeros. Es importante evaluar la propia fuerza física antes de realizar la movilización.
Cuando el Paciente No Colabora
Cuando el paciente no puede colaborar para hacer un cambio postural, se requiere la ayuda de dos Técnicos en Cuidados Auxiliares de Enfermería (TCAE).
El procedimiento se realiza de la siguiente manera:
a) Un TCAE se coloca al lado derecho y otro al lado izquierdo de la cama, frente al paciente. b) Los pies de cada TCAE deben estar separados y las rodillas ligeramente flexionadas. c) Se retira la almohada del paciente. d) Cada TCAE introduce un brazo por debajo del hombro del paciente y el otro por debajo del muslo. Luego, levantan al paciente con cuidado hasta colocarlo en la posición deseada.
Otra forma de hacerlo es que ambos TCAE se coloquen al mismo lado de la cama:
a) Un TCAE coloca uno de sus brazos por debajo de los hombros del paciente y el otro por debajo del tórax. b) El otro TCAE desliza sus brazos a la altura y por debajo de la región glútea. Juntos, elevan al paciente con cuidado hasta colocarlo en la posición deseada. c) Alinear correctamente el cuerpo del paciente.
Cuando el Paciente Colabora
Cuando el paciente puede colaborar para hacer un cambio postural, un solo TCAE puede realizar la tarea.
a) El TCAE se coloca al lado de la cama del paciente, frente a él y a la altura de su cadera.
b) Indicar al paciente que se agarre a la cabecera de la cama y flexione sus rodillas, colocando las plantas de los pies sobre la superficie de la cama.
c) El TCAE coloca sus brazos por debajo de las caderas del paciente.
d) Pedir al paciente que haga fuerza con sus pies y brazos para intentar elevarse. En ese momento, los brazos del TCAE deben ayudarle a subir hacia la cabecera.
e) En esta posición, el paciente puede desplazarse incluso solo si se encuentra ágil.
Movilización del Paciente con Ayuda de una Sábana
Este procedimiento se realiza entre dos Técnicos en Cuidados Auxiliares de Enfermería (TCAE), uno a cada lado de la cama.
a) Doblar la sábana a la mitad en su ancho.
b) Doblarla nuevamente a la mitad en su largo.
c) Colocarla debajo del paciente, de manera que cubra desde el hombro hasta el muslo.
d) Enrollar los laterales de la sábana y sujetarla firmemente entre ambos TCAE, permitiendo mover al paciente hacia cualquier lado de la cama.
Procedimiento para Mover al Paciente hacia el Borde de la Cama
Este método se emplea cuando el paciente no puede colaborar. Los pasos a seguir son:
1. El TCAE se coloca en el lado de la cama hacia donde se moverá al paciente, evitando que se caiga.
2. Retirar la ropa de la cama, dejando solo la sábana encimera cubriendo al paciente.
3. Colocar el brazo del paciente más cercano a nosotros a lo largo de su tórax, evitando la resistencia al movimiento y protegiendo el brazo de posibles lesiones.
4. Colocar un pie delante del otro y flexionar las rodillas, asegurando el uso de los músculos de las piernas más adecuados durante el movimiento.
5. Situar un brazo debajo del hombro más alejado del paciente, de manera que la cabeza descanse en el antebrazo manteniendo el codo doblado. Colocar el otro brazo debajo de la curvatura lumbar del paciente.
6. Tensar los músculos glúteos y abdominales para prepararlos para el movimiento y proteger los órganos internos de lesiones.
7. Tirar de la cabeza, hombros y tórax del paciente hacia el lado que se desea mover, balanceándose hacia atrás y cambiando el peso al pie trasero.
8. Para mover la zona de los glúteos del paciente, colocar un brazo debajo de su cintura y el otro debajo de los muslos. Repetir los pasos 6 y 7 tirando de los glúteos.
9. Para mover las piernas del paciente, situar un brazo debajo de los muslos y el otro debajo de las piernas. Repetir los pasos 5 y 6 tirando de las piernas.
Procedimiento para Colocar al Paciente en Decúbito Lateral
Este procedimiento se realiza para aliviar las áreas de presión potencial desde la posición anterior, proporcionar comodidad, realizar la higiene de la zona posterior del cuerpo, aplicar cuidados en esa zona, entre otros. Los pasos a seguir son:
1. Asegurarse de que el paciente está muy cerca del borde de la cama, en el lado contrario hacia donde se va a girar su cuerpo.
2. Retirar la ropa de la cama, dejando solo la sábana encimera cubriendo al paciente.
3. Colocarse en el lado de la cama hacia donde se desea girar al paciente.
4. Colocar un pie delante del otro.
5. Colocar el brazo del paciente que está más cercano a ti lo más próximo posible y fuera de su cuerpo. Esta maniobra evita que el paciente ruede sobre su brazo.
6. Flexionar el otro brazo del paciente sobre su tórax y cruzar la pierna más alejada sobre la más cercana. Al tirar hacia adelante del brazo y de la pierna más alejados, se facilita el giro del paciente hacia ese lado.
7. Tensar los músculos glúteos y abdominales y flexionar las rodillas.
8. Colocar una mano sobre el hombro más alejado y la otra sobre la cadera más alejada.
9. Girar al paciente hacia ti, balanceándote hacia atrás y cambiando el peso al pie trasero mientras flexionas la rodilla y bajas la pelvis.
10. Finalmente, alinear correctamente al paciente y colocar la ropa de la cama adecuadamente.
Recuerda
Antes de iniciar cualquier movimiento, explica al paciente lo que se va a hacer y el procedimiento a seguir. Pídele que participe y ayude en la medida de lo posible, salvo que haya contraindicaciones.
Procedimiento para Mover al Paciente Hacia Arriba en la Cama
Estos procedimientos también se pueden emplear para los cambios posturales.
Primer Procedimiento
Este método se utiliza cuando los pacientes no pueden colaborar, por lo que se necesitan dos Técnicos en Cuidados Auxiliares de Enfermería (TCAE). Los pasos a seguir son:
1. Explicar al paciente el procedimiento.
2. Retirar la almohada.
3. Cada TCAE se coloca a un lado de la cama, con el cuerpo ligeramente girado hacia la cabecera de la cama, con el pie más cercano a la cabecera apuntando en esa dirección y las rodillas flexionadas.
4. Cada TCAE coloca su brazo más cercano debajo del hombro del paciente y el otro brazo debajo de los muslos del paciente.
5. Finalmente, levantar y mover al paciente hacia arriba, manteniendo las rodillas rectas. Recordar que los músculos de los miembros inferiores son los que intervienen decisivamente en el levantamiento del paciente.
Segundo Procedimiento
Este método también se utiliza cuando el paciente no puede colaborar, pero se emplea una sábana de arrastre. Se necesitan dos TCAE para este procedimiento.
1. Retirar la ropa de la cama, dejando solo la sábana encimera cubriendo al paciente.
2. Cada TCAE se sitúa a un lado de la cama.
3. Para colocar la sábana, mover primero al paciente hacia un lado de la cama y colocar la sábana doblada por la mitad en el lado libre. Luego, mover al paciente hacia el otro lado de la cama y el TCAE que queda libre terminará de colocar la sábana.
4. Sujetar la sábana entre los dos TCAE y, mientras se levanta al paciente, moverlo hacia arriba.
5. Retirar la sábana utilizando el mismo procedimiento que se empleó para colocarla.
Tercer Procedimiento
Este método se utiliza cuando el paciente puede colaborar y solo se necesita un TCAE.
1. Usar el procedimiento del entrecruzamiento de brazos para levantar al paciente y retirar la almohada.
2. Acostar al paciente de nuevo e indicarle que flexione las rodillas, apoyando los pies en la cama y que se agarre a la cabecera de la cama con las manos.
3. Pasar el brazo más cercano al hombro del paciente por debajo de su cuello, mientras que el otro brazo se coloca debajo de sus muslos.
4. Una vez preparado, indicar al paciente que se impulse con las manos hacia la cabecera mientras se le ayuda a mover su cuerpo hacia arriba.
5. Finalmente, colocar la almohada y arreglar la cama.
Procedimientos para Ayudar a un Paciente a Ponerse de Pie
Cuando el Paciente Está Acostado en la Cama
Se pueden utilizar dos procedimientos:
Primer Procedimiento:
1. Incorporar al paciente usando el procedimiento de entrecruzamiento de brazos.
2. Luego, girar las piernas del paciente hacia nosotros, dejándolas caer por el borde de la cama.
3. Una vez que el paciente esté sentado en el borde de la cama, colocar un pie delante de los pies del paciente y el otro a un lado. Meter la mano libre por debajo de la axila del paciente.
4. Doblar nuestras rodillas para obtener la fuerza necesaria para levantar suavemente al paciente. Indicar al paciente que se apoye en nuestro hombro mientras realizamos el movimiento.
Segundo Procedimiento:
1. Colocar al paciente en decúbito lateral (el lado debe coincidir con la dirección en la que se va a levantar al paciente).
2. Elevar el segmento superior de la cama hasta formar un ángulo entre 45 y 60 grados, facilitando la movilización.
3. Colocarse en la posición opuesta a las caderas del paciente para mejorar el equilibrio y evitar la torsión del cuerpo.
4. Pasar el brazo más cercano a los hombros del paciente por debajo de ellos, mientras el otro brazo se coloca sobre el muslo más alejado. Esto previene que el paciente se caiga hacia atrás cuando esté sentado.
5. Girar hacia la pierna trasera para que las piernas del paciente se balanceen hacia adelante, cambiando nuestro peso a la pierna trasera.
6. Una vez que el paciente esté sentado en el borde de la cama, seguir los mismos pasos que en el primer procedimiento.
Cuando el Paciente Está Sentado en un Sillón
1. Introducir nuestros brazos por debajo de los suyos.
2. Pedir al paciente que coloque uno de sus brazos alrededor de nuestra cintura.
3. Flexionar las rodillas, manteniendo la espalda lo más recta posible, y levantar al paciente de manera suave y firme.
4. Proteger el cuerpo del paciente con el nuestro durante todo el proceso.
Transferencia de la Cama al Sillón
- Colocar el sillón paralelo a la cama, a la altura de los pies.
- Colocar al paciente en el borde de la cama. Levantar y girar el cuerpo del paciente en un solo movimiento.
- Sentar al paciente con las piernas colgando fuera de la cama (verificar que no se marea, ya que puede aparecer hipotensión ortostática).
- Situarse frente al paciente y realizar el procedimiento anterior a la inversa.
Movilización en Pacientes con Afecciones Graves de Movilidad
La movilización de pacientes con graves afecciones sigue esencialmente el mismo procedimiento que la de pacientes inconscientes o no colaboradores. Sin embargo, es crucial tener en cuenta varios aspectos para evitar agravar la patología del paciente. Por ello, el Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería debe estar bien informado sobre los pacientes que debe movilizar e identificarlos correctamente.
Algunas situaciones importantes a considerar son:
- Contraindicaciones de Movimiento: Algunas patologías contraindican el movimiento, como pacientes con traumatismo craneoencefálico o espinal que presentan un aumento de la presión intracraneal.
- Pacientes con Hemiplejia y Tetraplejia: Estas personas necesitan constantemente el apoyo de los celadores y los TCAE para cubrir sus necesidades básicas. La inmovilidad puede provocar complicaciones, por lo que es importante mantener un tono normal mediante posturas correctas para evitar daños secundarios.
- Al cambiar de posición a un paciente con hemiplejia, el TCAE debe colocarse del lado que conserva su movilidad, permitiendo al paciente colaborar en los cambios.
- Se debe fomentar la autonomía del paciente, y cuando esto no sea posible, propiciar su independencia al máximo.
- Al transferir a una persona hemipléjica de la cama al sillón, evitar que el pie del lado afectado se deslice y que la rodilla del lado afectado se doble al hacer fuerza para levantarse.
- Para lograr la deambulación lo más pronto posible, se debe enfatizar en el lado sano que ayudará a compensar el lado afectado, utilizando un apoyo externo (bastón en el lado sano).
- Pacientes Politraumatizados o con Traumatismos Craneoencefálicos: En casos graves, el movimiento del paciente debe realizarse con tres personas y bajo la supervisión del personal sanitario diplomado para aumentar la seguridad.
- Pacientes con Fracturas y Aparatos de Tracción: Al realizar la higiene, es crucial mantener la alineación de las fracturas. Una persona debe aplicar la misma fuerza que las pesas en los miembros inferiores, mientras otra eleva al paciente y realiza la higiene de los genitales, glúteos y miembros inferiores.
Al seguir estos procedimientos y consideraciones, se puede garantizar una movilización segura y efectiva para los pacientes con afecciones graves de movilidad.
Consideraciones Específicas para la Movilización de Pacientes con Afecciones Graves
- Pacientes Tetrapléjicos o con Lesiones Medulares: Para realizar su higiene, no se debe girar al paciente a la posición de decúbito lateral. En su lugar, se debe levantar en bloque en decúbito supino para realizar la higiene posterior. Lo mismo se aplica a pacientes con traumatismos pélvicos, donde se levanta al paciente en “plancha”.
- Pacientes con Fracturas en las Extremidades Inferiores: Si tienen las extremidades enyesadas como medida terapéutica, se debe sostener la extremidad respetando su posición durante la movilización.
- Pacientes en la Sala de Reanimación: Para aquellos recién operados que tienen prescrito por el cirujano una movilización precoz, se debe prestar especial atención en acomodar al paciente, alinearlo, y realizar el movimiento/levantamiento por fases. Al principio, se deben realizar movilizaciones simples que requieran menor ayuda del paciente.
- Pacientes Asistidos por Ventilación Artificial: Para movilizar a un paciente con ventilación artificial, debe estar presente una enfermera que vigile los sistemas y conexiones del respirador, así como los tubos y cánulas, para asegurar que la ventilación no se altere o interrumpa en ningún momento.
Procedimientos de Traslado del Paciente
El traslado intrahospitalario consiste en mover al paciente de una zona a otra dentro del hospital. Este procedimiento debe realizarse con el máximo de comodidad y seguridad para el paciente.
Medios Habituales para el Traslado de Pacientes
Los dos medios habituales para trasladar a los pacientes son la silla de ruedas y la camilla. La elección del medio de transporte depende del estado físico del paciente. Antes de iniciar el procedimiento, se deben lavar las manos e informar al paciente sobre la finalidad y el método del traslado. Es importante asegurar la privacidad del paciente y frenar la cama durante el procedimiento.
Traslados de la Cama a la Silla de Ruedas
Hay dos situaciones a considerar:
a) Cuando el paciente puede colaborar.
b) Cuando el paciente no puede colaborar debido a su estado físico.
Cuando el Paciente Colabora
Si el paciente puede colaborar, es suficiente con la ayuda de un solo TCAE. El procedimiento es el siguiente:
– Colocar la silla de ruedas frenada en paralelo a la cama, con los reposapiés levantados. La silla debe estar situada con el respaldo en los pies, al lado de la cama que sea más conveniente para el paciente. Colocar una manta sobre la silla.
– Ayudar al paciente a sentarse en la cama con las piernas colgando hacia ese lado.
– Ponerle la bata y las zapatillas.
– Pedir al paciente que coloque su brazo por encima de los hombros del TCAE, mientras este pasa sus brazos por debajo de las axilas del paciente, rodeando su cintura.
– Sujetar al paciente y ayudarle a ponerse de pie.
– Indicarle que se gire para colocarse de espaldas a la silla y que apoye sus manos en los apoyabrazos de la silla.
– Asegurarse de que el paciente queda bien sentado.
– Cubrir al paciente con la manta y quitar el freno de la silla. El paciente está listo para ser trasladado.
Cuando el Paciente No Puede Colaborar
Si el paciente no puede colaborar, se necesita la ayuda de dos TCAE. El procedimiento es similar hasta que el paciente está sentado:
– Colocar la silla de ruedas en la misma posición que en el caso anterior.
– Ayudar al paciente a sentarse en la cama con las piernas colgando hacia ese lado.
– Ponerle la bata y las zapatillas.
– Dos TCAE se colocan al mismo lado de la cama, uno a cada lado del paciente.
– Cada TCAE pasa un brazo por debajo de los hombros y el otro por debajo de los muslos del paciente.
– Levantar al paciente de manera coordinada y girarlo para colocarlo en la silla de ruedas.
– Asegurarse de que el paciente queda bien sentado y cubierto con la manta.
– Quitar el freno de la silla y proceder al traslado.
Estos procedimientos aseguran una movilización segura y cómoda para el paciente, adaptándose a su capacidad de colaboración.
Traslado de la Silla de Ruedas a la Cama
Este procedimiento se realiza siguiendo los mismos pasos anteriores pero en orden inverso.
Forma de Transportar al Paciente en una Silla de Ruedas
Siempre se empuja por detrás, excepto cuando se entra o sale de un ascensor. En este caso, se gira la silla y el TCAE entra o sale primero que el paciente, caminando hacia atrás. Lo mismo se aplica al cruzar una puerta con hojas elásticas o al bajar una rampa: el TCAE camina hacia atrás.
Otras Situaciones Comunes
- Traslado hacia un Vehículo: Cuando un paciente es dado de alta y se traslada a un vehículo, se coloca la silla de ruedas paralela al coche, frenada, con los reposapiés levantados, siguiendo el mismo procedimiento.
- Levantamiento de un Paciente del Suelo: En caso de un desmayo o lipotimia, se coloca la silla de ruedas detrás del paciente, lo que permite levantarlo sujetándolo por las axilas y llevándolo hacia atrás hasta sentarlo. Si el paciente está consciente, puede colaborar sujetando los hombros de quienes le ayudan a sentarse.
Traslado de la Cama a la Camilla
La camilla se coloca paralela a la cama, en posición horizontal y pegada a ella, asegurándose de que ambas estén frenadas. La sábana y el cubrecama se retiran hacia atrás para poder mover al paciente. Es fundamental respetar la privacidad del paciente, utilizando biombos o separadores y cubriéndolo con una sábana.
Procedimiento:
1. Un TCAE coloca un brazo por debajo de los hombros del paciente y el otro brazo por debajo de la espalda.
2. Otro TCAE coloca un brazo bajo la región sacra (nalgas) y el otro debajo de las rodillas. Si se necesita una tercera persona, esta se encarga de sostener al paciente a la altura de los pies.
3. Los tres deben levantar al paciente simultáneamente y colocarlo en la camilla.
4. Si la camilla está colocada con su cabecera perpendicular a los pies de la cama, hay que girar al paciente 90° para colocarlo sobre la camilla.
5. Cubrir al paciente con la ropa de la camilla.
6. Si el paciente tiene una sonda o un gotero, la tercera persona se encargará de ellos mientras los dos TCAE realizan el traslado.
7. El primer TCAE colocará un brazo bajo los hombros del paciente y el otro bajo la cintura.
8. El segundo TCAE colocará un brazo bajo la región sacra y el otro bajo los muslos.
Estos procedimientos aseguran una movilización segura y cómoda para el paciente, adaptándose a su capacidad de colaboración y necesidades específicas.
Procedimiento para Transportar a un Paciente en Camilla
El Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería (TCAE) siempre va detrás de la cabecera del paciente, colocando al paciente de cara al sentido de la marcha. Los pies del paciente van por delante.
Al entrar en el ascensor, primero pasa la cabecera de la camilla y, al salir, primero salen los pies del paciente. El TCAE camina hacia atrás al entrar en el ascensor.
Lo mismo ocurre al subir y bajar una rampa. Al subir, el TCAE empuja la camilla por los pies y, al bajar, se coloca delante de la camilla y camina de espaldas a la pendiente.
Movilización Pasiva de Pacientes
Ejercicios de Amplitud de Movimientos
Los ejercicios de amplitud de movimientos se realizan para mantener la movilidad de las articulaciones y prevenir las contracturas. También pueden ayudar a preparar a una persona que ha estado encamada por un tiempo para volver a caminar.
Los ejercicios son los siguientes:
1. Cuello: Mover la cabeza hacia atrás y adelante tanto como sea posible, como si se asintiera.
2. Hombros: Elevar los hombros y moverlos hacia adelante en movimiento circular. Luego, moverlos hacia atrás en movimiento circular.
3. Codos: Estirar el brazo, doblar el codo y tocar el hombro con la mano. Luego, estirar el brazo lentamente. Repetir con el otro brazo.
4. Muñeca y Mano: Apoyar los antebrazos en los brazos de una silla con las palmas hacia abajo y doblar las muñecas lentamente hacia arriba y hacia abajo.
5. Dedos de las Manos: Estando sentado o de pie, extender ambos brazos hacia adelante a la altura del hombro, con las palmas hacia abajo. Extender los dedos separándolos tanto como pueda y luego volver a juntarlos.
6. Caderas y Rodillas: Acostado en la cama, mantener una rodilla doblada y el pie plano sobre la cama. Doblar la otra pierna llevándola tan cerca del pecho como sea posible, luego estirarla nuevamente, enderezando la rodilla y la cadera. Repetir con la otra pierna.
7. Espalda: De pie, erguido, con los brazos a los lados, levantar el brazo derecho adelante y arriba por encima de la cabeza todo lo que pueda. Volver a la posición inicial y repetir con el brazo izquierdo.Otro ejercicio es levantar el brazo hacia un lado y por encima de la cabeza todo lo que pueda. Volver a la posición inicial y repetir con el otro brazo.Otro ejercicio es levantar el brazo hasta la altura del hombro y acercarlo al otro hombro tanto como sea posible. Repetir con el otro brazo.
8. Tobillo: Hacer un círculo con el pie, primero en la dirección de las agujas del reloj y luego en sentido contrario. Repetir con el otro pie.
Estos ejercicios deben realizarse lentamente y repetirse cada uno 3-5 veces al principio, aumentando progresivamente las repeticiones a medida que aumenta la tolerancia. Deben interrumpirse si se siente un dolor excesivo.
Ejercicios Isométricos
Los ejercicios isométricos están diseñados para fortalecer y tonificar los músculos. Realizar estos ejercicios de manera regular puede ayudar a las personas a llevar a cabo sus actividades diarias con mayor facilidad. Se recomienda repetir cada ejercicio tres veces y realizar el programa completo cinco veces al día.
- Fortalecimiento de los músculos de los brazos:
- Extender los brazos hacia adelante con las palmas de las manos juntas. Mientras respira lenta y profundamente, presionar firmemente las manos una contra la otra. También se puede usar una pelota, apretándola durante 3 a 5 segundos.
- Fortalecimiento de los músculos del abdomen:
- Contraer los músculos abdominales hacia dentro tanto como sea posible durante 3 a 5 segundos, mientras respira lenta y profundamente. Luego, relajar gradualmente los músculos.
- Fortalecimiento de los músculos de las nalgas:
- Mientras respira lenta y profundamente, contraer los músculos de las nalgas durante 3 a 5 segundos y luego relajarlos. Esto ayudará a mejorar el equilibrio al estar sentado.
- Fortalecimiento de las piernas:
- Acostarse de espaldas y doblar la rodilla de la pierna izquierda, manteniendo el pie izquierdo plano sobre el suelo. Levantar la pierna derecha unos 8 centímetros y mantenerla en esa posición durante 5 segundos, luego relajarse. Repetir el ejercicio con la otra pierna.
- Fortalecimiento de la espalda y mejora de la postura:
- Sentado, agarrar un palo con ambas manos y apoyarlo en las rodillas. Extender los brazos hacia adelante y levantar el palo por encima de la cabeza hasta llegar a la parte posterior del cuello, donde se apoyará.
Estos ejercicios ayudan a mantener activas las articulaciones afectadas, fortalecen los músculos circundantes, aumentan la movilidad de las articulaciones y reducen la rigidez y el dolor.
Al realizar estos ejercicios, se debe tener en cuenta lo siguiente:
- Si se experimenta dolor al realizar cualquier ejercicio, se debe interrumpir de inmediato.
Técnicas de Ayuda a la Deambulación
Técnica para Caminar Correctamente
El médico es quien autoriza el inicio de la deambulación, y el paciente debe poder mantener la posición de sedestación sin problemas antes de comenzar.
Es crucial que los objetivos se alcancen de manera gradual y siempre bajo la supervisión del personal de enfermería o fisioterapeutas. Durante la deambulación, el paciente debe continuar adoptando una postura correcta de pie (bipedestación).
Para ello, debe adelantar una pierna a una distancia cómoda, inclinando ligeramente la pelvis hacia adelante y hacia abajo.
Al poner el pie en el suelo, debe apoyarse primero en el talón, seguido de la protuberancia en la base de los dedos, y finalmente en los dedos. Mientras realiza estos movimientos, debe adelantar la otra pierna y el brazo correspondiente para mantener el equilibrio y la estabilidad. El papel del personal de enfermería al inicio de la deambulación es estar al lado del paciente, sujetándolo por la cintura y manteniendo la alineación corporal correcta hasta que el paciente pueda hacerlo por sí mismo sin riesgo de caídas.
Técnica para el Uso de Bastones en la Deambulación
El uso de bastones al caminar proporciona apoyo y seguridad, reduciendo el esfuerzo necesario para desplazarse. El uso de bastones está indicado para pacientes con alguna lesión unilateral, pérdida de equilibrio, o problemas inflamatorios en una articulación que causan dolor al apoyar y requieren alivio. Por el contrario, no se recomienda el uso de bastón cuando la afectación es bilateral, en cuyo caso es preferible usar muletas o andadores. La longitud del bastón debe adaptarse a la altura del paciente y debe extenderse desde el trocánter mayor hasta el suelo. El extremo del bastón debe tener una punta de goma para evitar resbalones en determinados tipos de suelos.
Técnica para el Uso de Muletas en la Deambulación
Existen tres tipos principales de muletas:
- Muletas de aluminio (anteriormente de madera):
- Son las más comunes y se utilizan habitualmente en casos de enyesado de miembros inferiores o esguinces. Requieren fuerza en la parte superior del cuerpo y en las extremidades superiores.
- Muletas de lofstrand o de antebrazo:
- Estas tienen un anillo que se adapta al antebrazo y una empuñadura para apoyarse. Son ideales para personas que no tienen fuerza en la parte inferior del cuerpo, como los pacientes parapléjicos.
- Muletas de plataforma:
- Están acolchadas y se utilizan para pacientes que no pueden soportar el peso corporal sobre sus muñecas.
El uso de muletas está indicado para lesiones o debilidad en los miembros inferiores donde no es recomendable soportar el peso del cuerpo.
Pasos para el Uso de Muletas:
- Selección de la Muleta:
- Elegir el tipo de muleta adecuado según la necesidad del paciente.
- Ajuste de Altura:
- Ajustar la altura de las muletas con el paciente de pie, de manera que queden situadas a 4-5 cm por debajo de las axilas. Al apoyarse en las muletas, los codos del paciente deben quedar ligeramente flexionados formando un ángulo de 15 grados.
- Instrucción de Marcha:
- Indicar al paciente el tipo de marcha que debe realizar con las muletas en función de su lesión.
- Enseñar la Secuencia de Apoyo para Caminar:
- Según la capacidad del paciente para soportar peso, se les enseñará una de las siguientes secuencias de marcha:
- Marcha de cuatro puntos:
- Apoyar la muleta derecha, luego el pie izquierdo, después la muleta izquierda y finalmente el pie derecho.
- Marcha de tres puntos:
- Primero avanzar ambas muletas y la pierna afectada, luego adelantar la pierna sana soportando el peso sobre ambas muletas.
- Marcha de dos puntos:
- Ejecutar un tipo de marcha alternante, avanzando simultáneamente la muleta derecha y el pie izquierdo, seguido de la muleta izquierda y el pie derecho.
Esta técnica asegura que el paciente utilice las muletas de manera efectiva y segura, ayudando en su movilidad y rehabilitación.
Ayudas Fijas y Autoestables
Ayudas Fijas
- Pasamanos:
- Utilizados en pasillos de hospitales y residencias de ancianos para proporcionar apoyo y estabilidad.
- Barras Paralelas:
- Empleadas en la reeducación inicial de la marcha, ofreciendo soporte para el equilibrio.
Ayudas Autoestables
- Andadores:
- Generalmente utilizados por personas mayores. Permiten una marcha en tres tiempos: avance del andador, avance de un miembro, y avance del otro miembro. Existen diversos tipos de andadores, como los de ruedas, fijos y articulados (que permiten un avance alternativo de un lado y luego del otro sin necesidad de levantarlos).
- Bastones Multipodales:
- Tienen tres o cuatro puntos de contacto con el suelo, proporcionando una base de sustentación amplia. Son difíciles de usar en escaleras y obligan al paciente a dar pasos cortos, ya que la fuerza debe centrarse en la base de apoyo del bastón para evitar que pivote. En terrenos irregulares, los trípodes funcionan mejor que los bastones de cuatro puntos.
Grúas y Transfers
Grúas
- Dispositivos metálicos que, mediante una bomba hidráulica y ciertos complementos, permiten la elevación, transporte y acomodamiento de personas en diferentes lugares como cama, baño, etc.
Tipos de Transfers
- Cabestrillo Flexible:
- Ayuda a los asistentes a transferir y reposicionar a los pacientes, permitiendo sujetarlos por detrás o por debajo según la situación, ya sea con uno o dos asistentes. Reduce considerablemente el esfuerzo y aumenta la seguridad de las transferencias.
- Transferencia de Madera Laminada:
- Fabricada con madera laminada, disminuye en los extremos para deslizarse suavemente por debajo del paciente. Incluye orificios asidera en ambos extremos para facilitar el agarre y transporte.
- Transferencia Curvada:
- Diseñada para sortear fácilmente la rueda grande de las sillas de ruedas. Sus cantos redondeados y superficie lisa permiten un deslizamiento cómodo sobre la tabla. Fabricada con plástico macizo y reforzado, resiste al agua y al astillado. Las almohadillas antideslizantes en los extremos de la parte inferior aumentan la estabilidad durante la transferencia.
- Bipedestador Tipo “STEADY”:
- Facilita el traslado del paciente de la silla al WC, evitando incontinencias. Promueve rutinas de trabajo seguras y ergonómicas para el personal sanitario o cuidador, y realiza traslados cómodos y seguros para los residentes o pacientes. Fomenta la movilidad activa durante las transferencias y ayuda en las rutinas diarias, indicado para pacientes con cierta autonomía.
Medidas de Prevención del Riesgo de Caídas para el Paciente
Una caída se define como cualquier evento que resulta en una precipitación al suelo de forma repentina, involuntaria e inesperada, con o sin lesión secundaria, confirmada por el paciente o un testigo. Según la OMS, es el resultado de cualquier suceso que lleva al paciente al suelo contra su voluntad.
El riesgo de caídas aumenta con la edad, especialmente a partir de los 60 años, convirtiéndose en un problema médico y social significativo. En personas mayores, las caídas pueden causar lesiones (fracturas, contusiones, pérdida de movilidad, disminución de la capacidad mental), incrementar la incapacidad e incluso resultar en muerte.
Dos tercios de los accidentes, y la cuarta causa de mortalidad a nivel mundial, son caídas. De estas, el 75% ocurren en personas mayores de 65 años, particularmente en mayores de 80 años, y representan el 88% de las fracturas de cadera.
Las caídas son fenómenos evitables, influenciados por diversos factores de riesgo identificables. Actuar sobre estos factores permite desarrollar programas de prevención. Las consecuencias de las caídas afectan no solo al individuo, sino también tienen repercusiones sociales y económicas significativas, como hospitalización, intervenciones y uso de prótesis.
Las consecuencias más destacadas de las caídas incluyen:
- Lesiones (partes blandas y fracturas).
- Hospitalización (con riesgos de inmovilismo, úlceras por presión, malnutrición, iatrogenia y muerte).
- Incapacidad (física secundaria a la caída y el síndrome postcaída, que incluye la falta de confianza para volver a caminar).
- Institucionalización (aproximadamente el 50% de los pacientes que sufren caídas y son hospitalizados terminan en una residencia tras el alta hospitalaria).
- Muerte (sobre todo en casos de caídas prolongadas, donde el paciente permanece en el suelo durante un largo tiempo antes de recibir atención).
Factores de Riesgo
Las causas de las caídas son siempre multifactoriales. Generalmente, no actúa un solo factor, sino varios de ellos interactuando. A mayor número de factores de riesgo en un individuo, mayor probabilidad de sufrir una caída.
Podemos dividir los factores que influyen en las caídas en dos grandes grupos: los factores intrínsecos al individuo y los extrínsecos derivados de la actividad o entorno. Los ancianos activos, que generalmente viven en la comunidad, suelen tener caídas relacionadas con factores extrínsecos, mientras que los factores intrínsecos son más relevantes en los ancianos enfermos.
Factores Intrínsecos
Los factores de riesgo intrínsecos se relacionan con las condiciones generales del propio individuo. Estos factores pueden dividirse en fisiológicos, relacionados con la edad y el proceso de envejecimiento, y patológicos, derivados de la presencia de enfermedades agudas o crónicas o del consumo de medicamentos.
El proceso de envejecimiento provoca una serie de cambios en las personas mayores que las predisponen a sufrir caídas. Estos cambios incluyen:
- Alteraciones oculares: disminución de la agudeza visual debido a que el cristalino se vuelve más denso, más amarillo y menos elástico. También hay una pérdida de la capacidad de enfocar y de la sensibilidad al contraste. Alteraciones auditivas: como la otosclerosis, que puede afectar el oído medio y/o el córtex.
- Disminución de la sensibilidad propioceptiva: suelen presentar alteraciones posturales debido a un déficit en los mecanismos articulares, especialmente en la columna cervical, así como modificaciones del equilibrio con el envejecimiento.
- Trastornos del aparato locomotor: principalmente relacionados con alteraciones en la articulación de la cadera (degeneración del cartílago articular, rigidez, disminución del tono muscular), gonartrosis y deformidades óseas del pie junto con trastornos vasculares y sensitivos en esta área.
La polipatología y la polifarmacia son dos factores de riesgo importantes a considerar, ya que el mayor consumo de fármacos como benzodiacepinas (el grupo farmacológico más relacionado con las caídas), antihipertensivos, diuréticos, sedantes, etc., puede aumentar el riesgo de caídas.
Dato interesante: A veces, las caídas pueden ser la primera manifestación de ciertas patologías agudas, como infecciones, insuficiencia cardíaca o respiratoria. Existen varios factores relacionados con diferentes enfermedades agudas, crónicas o con exacerbaciones de enfermedades crónicas que predisponen a los ancianos a sufrir caídas. Entre estas patologías se incluyen: patologías cardiovasculares (alteraciones del ritmo cardíaco, hipotensión, estenosis aórtica, cardiopatía isquémica), patologías neurológicas-psiquiátricas (deterioro cognitivo, accidente cerebrovascular, depresión, ansiedad, Parkinson, epilepsia, trastornos sensoriales), patologías del aparato locomotor (osteoporosis, procesos inflamatorios, procesos degenerativos), patologías sensoriales (trastornos visuales, problemas de equilibrio y del sistema propioceptivo) y patologías sistémicas (infecciones, descompensaciones endocrino-metabólicas, trastornos hematológicos).
Factores Extrínsecos
Los factores extrínsecos se refieren al entorno en el que se desenvuelve el anciano y sus propias actividades. También incluyen factores como el calzado, la vestimenta y el uso de ayudas técnicas en buen estado.
La mayoría de las caídas ocurren durante actividades cotidianas, como levantarse y acostarse en la cama, sentarse y levantarse de una silla, resbalar en superficies húmedas o bajar escaleras.
Los factores de riesgo extrínsecos abarcan todos los elementos presentes en el entorno habitual de la persona mayor: la iluminación del hogar, el estado y los materiales de los suelos, el mobiliario en general, las condiciones del cuarto de baño y los materiales presentes, las características del dormitorio, los transportes públicos adecuados, la soledad del mayor, las escaleras (materiales, diseño, pasamanos), y las barreras arquitectónicas en la calle (mobiliario urbano, entre otros).
Prevención
El desarrollo de estrategias preventivas depende de múltiples factores, ya que las medidas no serán iguales para un paciente con discapacidad, un anciano que vive en la comunidad o una persona hospitalizada y encamada.
Es fundamental desarrollar medidas que fomenten la educación para la salud y la promoción de hábitos saludables, enfocándonos en reducir los factores de riesgo tanto intrínsecos como extrínsecos. En resumen, se trata de identificar y modificar los factores que son susceptibles de cambio, ya sea a nivel clínico o ambiental.
Cuando se identifican causas médicas tratables, se debe implementar el tratamiento adecuado. En cuanto al uso de elementos que restringen la movilidad, ya sean físicos (como ataduras) o químicos (psicofármacos), con la intención de prevenir caídas, existen alternativas más adecuadas, como protectores de cadera o camas a nivel del suelo, ya que el impacto sobre la calidad de vida derivado del uso de los primeros suele ser peor que el riesgo de la propia caída.
La rehabilitación debe considerarse en casos de hemiparesia, deformidad articular, ataxia, etc. También es importante la utilización de ayudas técnicas (andadores, bastones, etc.) para reforzar una marcha más segura en la población mayor con inestabilidad o alteraciones en la marcha.
En el caso de pacientes encamados, la valoración proporcionada por el personal de enfermería es crucial para minimizar los riesgos de caídas. Actuaciones como adecuar el entorno, colocar los objetos personales del paciente al alcance de la mano, poner protecciones en la cama y evaluar el estado cognitivo, contribuyen a que la unidad del paciente sea un entorno más seguro.
Si la caída ya se ha producido, es necesario realizar una evaluación exhaustiva, registrando cómo, dónde, cuándo, y por qué ocurrió, las circunstancias que rodearon la caída, la actividad que estaba realizando el paciente y la existencia de peligros ambientales. Con estos datos, debemos intervenir para modificar los elementos que desencadenaron la caída y prevenir futuros accidentes.